París bien vale… una Bienal de Flamenco

Jerez, a 8 de febrero de 2022. Tras el exitoso estreno de la quinta edición de la Bienal de Flamenco de París que ha tenido lugar el pasado fin de semana en la capital francesa, permítanme ustedes que nos leen que en esta ocasión parafraseemos en el titular a Enrique de Borbón (o de Navarra) – pero en sentido inverso-, para reflejar lo vivido estos días en uno de los templos de la danza de la Ciudad de la Luz como es el Teatro Nacional de Chaillot, que va a acoger esta muestra de lo mas y menos jondo del mundo del flamenco, hasta bien entrado el mes de febrero.

Y es que, si París bien vale una misa como diría el pretendiente ‘hugonote’ al trono francés, nosotros añadimos además en esta ocasión que también vale una Bienal de Flamenco – y ya van cinco-, tanto por el gran interés que despierta este arte musical y dancístico en un público ávido de consumir cultura de forma constante, como por la facilidad que tiene lo jondo para acomodarse y adaptarse de forma estable en territorios que están bastante mas allá de sus fronteras. Con más de 7.000 espectadores asistiendo a los espectáculos de las salas Jean Vilar o Firmin Gémier durante estos cuatro días, una vez mas ha quedado patente por qué está considerado el flamenco como el mayor y mejor embajador cultural y musical de la Marca España a nivel internacional y ocupa en el extranjero espacios de primer nivel como este.

Si llegar al espacio escénico por el Trocadero es ya todo un placer para los sentidos, ya bien sea bajando por la Avenida Kleber desde el Arco del Triunfo o paseando hasta los jardines y la enorme fuente que conducen al teatro por la Avenida Nueva York acompañados por el Sena, una impresionante escalinata en bajada conducen al espectador hasta el que fuera salón de baile del antiguo palacio desde el que el Chaillot ofrece a través de una cristalera unas vistas privilegiadas de los exteriores del Trocadero así como de la Torre Eiffel, tanto a quienes asisten al espectáculo o quienes simplemente desean tomarse un café, un copa de vino de champagne.

Y en ese lugar, donde el arte rezuma de paredes, solerías, escalinatas y una decoración elegante que nos recuerda que la historia es una de nuestras compañeras de viaje, alejados de gurús jondos pasados de fecha que gustan de alimentar su ego bebiendo vinagre o café con sal cada mañana o talibanes que pretenden llenar de pureza una de las músicas más mestizas de cuantas existen, no sólo durante estos cuatro días sino hasta el 18 de febrero es donde el Teatro Nacional de Chaillot ofrecerá una experiencia jonda de 360 grados a quienes, nada más cruzar la puerta, saben que no están en un lugar cualquiera.

Empoderamiento femenino y flamenco de Ariadna

Que en Francia hay pasión por la música y por la danza de forma general y por el flamenco de forma en particular se percibe nada mas entrar en las distintas salas. Y ello se ha notado en los llenos que han podido vivir y sentir en primera persona las dos encargadas de defender las diferentes perspectivas del genoma jondo: Rafaela Carrasco y Paula Comitre; Paula Comitre y Rafael Carrasco; mujeres y flamencas.

En la sala principal, la Sala Jean Vilar, Rafaela Carrasco ha rozado el lleno – más de 1.200 butacas- cada uno de los cuatro días que ha llevado al proscenio ‘Ariadna (Al hilo del mito)’, espectáculo estrenado con éxito en el Festival de Jerez de 2020 y que, a pesar de la pandemia que ha asolado al mundo durante mas de año y medio, la mejor noticia es que ya ha cogido la solidez que le da el tiempo a los trabajos bien estructurados. Con la maquinaría y engranajes de un reloj suizo, la compañía que capitanea la bailaora sevillana volvió a empoderar a su capitana en ese salto al vacío que da en este espectáculo que tiene y consigue el objetivo de mostrar distintos estados emocionales del ser humano.

Quienes tienen la suerte de ver a Rafaela Carrasco en un escenario, son testigos principales de que la elegancia, el buen gusto y el trabajo bien hecho son una constante en todo lo que sale de su cuerpo y de su mente. En este caso, en el viaje inverso que se realiza tomando el final de la leyenda como punto de partida del espectáculo el vacío, la introspección, la rebeldía, el amor, el miedo o lo que uno no quiere dejar de ser, encuentra en la música que sale de las manos de Jesús Torres y Salvador Gutiérrez y la voz de Antonio Campos y Miguel Ortega la brújula perfecta para que la Isla de Naxos sean el alfa y el omega que se une a través de un camino lleno de girasoles entre peteneras, milongas, corridos, tangos, soleares y tonás, además de una escolta masculina de la que esperamos que salgan buenos frutos próximamente, como el que ocupaba la otra sala del espacio escénico.

La empatía danzística de Paula Comitre

Uno de los atractivos que presentaba el fin de semana y, por añadidura, la Bienal de Flamenco de París tenía la etiqueta de estreno en el cartel y a Paula Comitre como protagonista. La Sala B o sala pequeña, la Sala Firmin Génier, acogía una propuesta tan arriesgada como interesante. Bajo el título de ‘Alegorías’, esta joven bailaora que ha dejado de ser una joven promesa para convertirse en toda una realidad, tal y como reflejan los últimos reconocimientos que ha recibido, busca establecer nexos de conexión y diálogo corporal con las formas mas contemporáneas, en una experimentación que cuenta con la voz del camaleónico Tomás de Perrate y la música de Jesús Torres, si bien el toque en el espectáculo está a cargo de Juan Campallo.

Encontrar un lenguaje común a dos disciplinas aparentemente tan distantes es el principal obstáculo que debe y consigue salvar la bailaora flamenca quien, junto con la bailarina barcelonesa Laura Nogal, toma como eje sobre el que sustentar este espectáculo la ‘Alegoría de la Caverna’ de Platón y plantea, durante algo menos de una hora, un discurso en el que el principal objetivo está en la empatía y la capacidad de adaptación entre disciplinas. Y en esa capacidad de quererse entender, es donde juega un papel fundamental el cante, la percusión y el toque, al ser el pegamento que es capaz de encajar las piezas que ordenadamente se construyen y deconstruyen enriqueciéndose mutuamente. Flamencas por momentos, mas contemporaneas en otros, juntas pero nunca revueltas o cada una mostrando lo mejor de si mismas, el éxito de esta propuesta radica en la capacidad de conceder terrenos en busca de un bien común que se consigue de forma exitosa.

Riqueni, Farruquito, David Coria y las hermanas O’Ryan toman el testigo

Grandes nombres del flamenco serán quienes tomen el testigo dejado por Rafaela Carrasco y Paula Comitre a partir del 10 de febrero. Rafael Riqueni, Farruquito, David Coria por partida doble o las hermanas O’Ryan serán los encargados de llenar de flamenco el programa de contenidos de esta quinta Bienal de Flamenco de París, que cuenta con la dirección artística de Daniela Lazary un año mas, y que a buen seguro continuará con el buen ritmo que ha reflejado en su primer fin de semana.

Las hermanas O’Ryan – Florencia Oz e Isidora Ryan- serán las encargadas de dar continuidad a la muestra con su espectáculo ‘Antípodas’ con el que no paran de cosechar éxitos allá por donde pisan. El fin de semana lo completa David Coria con el estreno de ‘Imperfecto’ donde buscará establecer alianzas con otras disciplinas danzísticas – en este caso el hip hop- si bien también tendrá la oportunidad de llevar a cabo en el salón de baile del teatro su espectáculo ‘Humano’ para el que contará con el jerezano David Lagos.

Durante los últimos días de la muestra, el público que se de cita en el espacio escénico, también tendrá la posibilidad de disfrutar de dos grandes nombres del flamenco: Rafael Riqueni y Farruquito. Tras más de 15 años de ausencia, Juan Antonio Fernández Montoya ‘Farruquito’ ha prometido mostrar sus formas más cercanas en ‘Íntimo’ y, como colofón de la V Bienal de Flamenco de París, tras su exitoso ‘Parque de María Luisa’, Rafael Riqueni expondrá una propuesta que, bajo el título de ‘Nerja’, contará con la participación de los guitarristas Salvador Gutiérrez y Manuel de la Luz, el violonchelista Gretchen Lee Talbot y la colaboración especial de María Moreno al baile.