La mirada de la princesa bailaora

Rafaela Carrasco lo ha vuelto a hacer. Si. Después de poner en valor – y en su sitio- a cuatro magníficas mujeres del siglo de oro con ‘Nacida sombra’, y hacer para la pasada Bienal de Flamenco de Sevilla un Salón de Baile que quedará para la historia, la bailaora sevillana vuelve a dar una vuelta de tuerca a su capacidad creativa con un salto al vacío en el que, olvidándose de cánones y prejuicios, muestra distintos estados emocionales ante los que se puede identificar cualquier ser humano tomando como hilo argumental la mitología griega, convirtiéndose en una princesa tejedora (Ariadna) que ella se encargó de empoderar y transformar en una deidad bailaora y flamenca.

Tomando como punto de partida el final más conocido de la leyenda mitológica de Ariadna y Teseo, con la petenera como base sobre la que se sustenta el vacío que se siente ante el estado soledad y abandono en que queda la hija de Minos y Pasífae en una isla desierta mientras su amado se aleja para siempre con su flota, Ariadna (Al hilo del mito) es un espectáculo que nos permite ver tanto a esa bailaora que nunca deja nada a la improvisación como a esa otra artista también capaz de salir de su zona de confort y enfrentarse a diferentes retos que la llevan siempre a volver a empezar nuevas aventuras escenográficas con el objetivo de poder sentirse viva.

Cuatro son los grandes bloques en los que se divide este espectáculo de Rafaela Carrasco en los que la voz en off de Carmelo Gómez sirve de nexo de unión entre cada uno de ellos en forma de cuento de reyes y princesas, cuyos textos han vuelto a ser escogidos por Álvaro Tato. El abandono antes mencionado, lo impuesto y lo establecido, el deseo y lo soñado y, por último, la búsqueda y los miedos que existen dentro de cada persona conforman esos cuatro bloques en los que tanto ella como su cuerpo de baile entran en juego para salir victoriosos del laberinto que se confecciona a través de un universo flamenco que teje una serie de coreografías en la que la ilusión de la libertad es el punto de fuga.

Una libertad como punto de fuga que, como no puede ser de otra manera, viene de la mano del amor. Ese que se produce a primera vista entre Ariadna y Teseo y que llega de la mano de pasos a dos entre milongas y tangos, en los que la conexión con el público fue cuasi inmediata y que arrancaron la mejor ovación de la noche con los oles que iban y venían desde las diferentes estancias del teatro. Esa libertad soñada y luchada que provoca una lucha parental a través de una soleá apolá en la que lo familiarmente establecido y lo deseado juegan un papel fundamental.

Pero como todo punto de fuga siempre tiene un coste que se queda por el camino a modo de peaje, mientras que se llega a la línea de meta, en esta Ariadna también afloran esas otras sensaciones más amargas, sensaciones que podrían encontrar también paralelismos con la sociedad actual. Tal es el caso del momento de caos que protagoniza Rafaela Carrasco al final del espectáculo a golpe de tonás o esos miedos que todos tenemos ante lo desconocido y en los que los corridos son protagonistas, si bien en muchas ocasiones no está de mas perderse para encontrarse uno mismo, aunque haya que marcarse el camino con girasoles.

En definitiva, durante algo más de una hora, Rafaela Carrasco volvió a ponerse al frente de su compañía para reivindicar, con una escenografía donde no sobraba ni faltaba nada, que la danza es el mejor y mayor lenguaje universal que poseemos en la actualidad para expresar sentimientos y emociones, sobre todo para artistas como ella, que ya poco o nada tienen más que demostrar sobre un escenario y que se encuentran ahora mismo en esa fase de disfrute que da la consagración, para mayor gozo, tanto de ella como de quienes tenemos la suerte de verla sentirse viva.

Enhorabuena.

Ficha Técnica:
Espectáculo: Ariadna – Artista: Compañía de Rafaela Carrasco – Lugar: Teatro Villamarta - 24 Festival de Jerez 2020 – Fecha: 21 de febrero de 2020 – Aforo: Tres cuartos – Baile: Rafaela Carrasco, Rafael Ramírez, Gabriel Matías, Ricardo Moro y Felipe Clivio – Cante: Miguel Ortega y Antonio Campos – Toque: Jesús Torres y Salvador Gutiérrez – Palmas: Jesús Perona y Jesús González