Con la mano en el pecho entraba Miguel Poveda al escenario de la ‘Catedral del Cante’, a un templo “de amor, de recuerdos, de música y de cantes mineros, los más bellos del flamenco”. La noche, tras el emotivo pregón de la jornada anterior, prometía ser mágica. Porque Miguel no decepciona.
Jugaba en casa: en el que considera su pueblo; con su gente; en el lugar que no duda en regalarle su amor, elogios y cariño. “Siempre siento que me quedo en deuda con tanto reconocimiento”, confesaba con una sinceridad nerviosa, de esas que demuestran que aquel joven de 20 años que ganó la ‘Lámpara Minera’ en 1993 se había subido al escenario, pero con la experiencia de más de tres décadas siendo uno de los artistas más destacados del flamenco.
Recordó, en una conversación de tú a tú con el público, aquel día en el que recorría ese pasillo, que ahora tenía enfrente, para recoger un premio tras otro, creando desde entonces un vínculo con esta tierra que no ha hecho más que crecer. “Para mí estar aquí es casi religión”, afirmaba poco antes de adentrarse en los versos de Federico García Lorca y su ‘Poema del Cante Jondo’. La generosidad del cantaor se vio plasmada en la donación de la taquilla de esta gala a la Fundación Cante de las Minas para que continue con la preservación y difusión del flamenco y los cantes mineros.
La nueva gira de Poveda, que apenas lleva unos meses en marcha, recopila 12 de los 55 poemas de esta obra y hace que el poeta granadino siga vivo en su voz, creando un vínculo irrompible entre ambos. “Los escribió como una oda de amor al cante y con ese mismo amor quiero ponerle mi voz”, anticipaba.
Con golpes percusivos y su cuadro en el escenario –formado por Jesús Guerrero, Carlos Grilo, Los Makarines, ‘El Londro’ y Paquito González– sonaba ‘¡Ay!’, la caña que abre este proyecto, con un público que ya rompía en aplausos. Continuó con ‘Juan Breva’, por malagueña y verdial, para seguir con cantiñas en la ‘Baladilla de los tres ríos’. ‘La soleá’ y el ‘Retrato de Silverio’, este último para poner en valor la siguiriya, los momentos de escenario y las locuciones, guiadas entre luz y oscuridad en el escenario, fueron creando la simbiosis perfecta entre Miguel y el templo flamenco.
Dos amigos, 31 años después
Tras un homenaje a ‘La Guitarra’ junto a Los Makarines, destacando el trabajo de Jesús Guerrero para crear ‘Poema del Cante Jondo’, llegó uno de los momentos más especiales de la noche de Miguel Poveda en La Unión: cuando llamó a Juan Ramón Caro a que le acompañara en el escenario, reviviendo aquel momento de 1993 en el mismo escenario.
“Yo no vine solo a este pueblo. Él fue quien me impulsó y me acompañó para presentarme a las pruebas selectivas y conoce los cantes y los toques de aquí como si aquí hubiera nacido”, presentaba a su amigo antes de empezar con los cantes mineros. Le cantó a Piñana y a Pencho Cros, a sus maestros, y le dedicó los cantes a Francisco Contreras ‘El Bongui’, ganador de la ‘Lámpara Minera’ hace 30 años y que se encontraba entre el público. Así, en vez de estar “con los nervios de punta y las camisas prestadas”, como en el 93, dos amigos volvían a sentirse en casa con el mayor respeto al flamenco de esta tierra. Por eso acabaron con la minera conjunta que Caro recoge en su último disco ‘Caríssimo’ y que cuenta cómo vivieron aquel momento, que se convirtió en histórico para este Festival.
Ovación
Jesús Guerrero también tuvo un encuentro con la intimidad de su guitarra en la ‘Catedral del Cante’ junto a Paquito González, al que siguió la ‘Canción de la madre de Amargo’ y unos tangos de ‘Encuentro’, para cantarle a Sevilla. “Siempre he mirado hacia el sur desde mi Badalona”, presentaba el cantaor, anunciando un cante ‘a su aire’, sin encajarlo en ningún palo flamenco. Con una imponente ‘Saeta’ a ritmo de tambores, y una bulería que mostró el ‘Paisaje’ de Lorca, el público se puso en pie para alabar a uno de sus cantaores más queridos.
Unos cuantos temas después, y con un público que no dejaba de pedir más y en pie, Miguel Poveda volvía a tocar el cielo de la ‘Catedral del Cante’.
Lo que espera mañana
El Ballet Nacional de España protagoniza la segunda noche de galas flamencas, en una gala ofrecida por el diario La Verdad con su espectáculo ‘Estampas Flamencas’. Al finalizar su actuación los miembros del Ballet Nacional descubrirán una placa conmemorativa en la ‘Avenida del Flamenco’.
El galardón ‘Catedral del Cante’ será otorgado a la República de Italia, que recogerá su embajador, D. Giuseppe Buccino Grimaldi, en el Salón de Actos de la Casa del Piñón a las 20:00 horas. En ese mismo acto tendrá lugar una conferencia bajo el título ‘El flamenco en Italia’ a cargo de la bailaora italiana Silvia Martín y el flamencólogo José Manuel Gamboa.
La ‘madrugá flamenca’ la protagonizarán: la bailaora Mamen Baños, el cantaor José Antonio Chacón y el guitarrista Pablo Barrionuevo. Será en el Restaurante Stromboli.
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