El cantautor vuelve a Maquinista de Levante, tras el pregón del pasado jueves, en un formato acústico e íntimo cantando a la realidad minera que conoció a través de su familia en Mieres (Asturias).
Esteban Bernal Velasco recibió un homenaje en vida con el nuevo trofeo con su nombre por ser un visionario que puso en marcha en el año 1961 el Cante de las Minas, proyectando su pasión por el cante y por el flamenco.
El Ayuntamiento de Rojales también recibió el premio ‘Esteban Bernal Velasco’ por su contribución a la difusión y promoción del flamenco, apostando por la cultura como baluarte y poniendo en valor su espíritu emprendedor.
Juan Pinilla brilló en el ‘Cante en la Calle’ y dedicó unas querencias a figuras de La Unión como el ‘Niño Alfonso’, Antonio Fernández y Encarnación Fernández.
La Unión (Murcia), a 30 de julio de 2021. Empezó en el formato musical más desnudo que podía mostrar: abrazado a su guitarra, en mitad del escenario, haciendo un recorrido por sus recuerdos. Siguió desde la intimidad acercando al público de Maquinista de Levante sus primeras canciones, acompañado al piano por su hijo, David San José, y Ovidio López a la guitarra. No le hacía falta nada más para emocionar como lo hizo.
La gira ‘Volver para cantarlo’ de Víctor Manuel llegó hasta La Unión pero con aires mineros. Así se plasmó en sus canciones, recopiladas con especial reflexión a la dura vida de unos trabajadores que perdían la vida por ganarse el jornal y que él conoce bien, porque entre ellos estaban algunos de sus familiares, vinculados a la minería de carbón en Mieres (Asturias). Su primera intervención hablada recordó de dónde procede, de cómo se ha criado al lado de las vías del tren. ‘Romería’, ‘Paraxinos’ y esa letra de “No me llores más Carmina, que esto pronto pasará” fueron sucediéndose en sus primeros temas.
Y entonces llegó ‘El abuelo Vítor’ y la historia, aquella en la que María le escondía el tabaco. Acercó la historia del protagonista de la canción, que apenas fue a la escuela porque a los 9 años comenzó a trabajar en la mina, porque “los niños pobres empezaron a trabajar muy jóvenes”, con un picaor que le maltrataba. Sin embargo, siempre estaba leyendo.
Y si la conexión con la que es una de sus canciones más afamadas con la historia de La Unión fuera poca, llegó ‘Planta 14’, creando un ambiente de entrañas, de recuerdos, de queja y réplica social de todo lo que vivieron los antepasados en esas minas. Dramatizando, con una interpretación perfecta y sentado en una silla, relataba así la vida de un modo que en la actualidad parece sonar a ciencia ficción. ‘El hijo del ferroviario’ mostró también los recuerdos de su infancia.
Víctor Manuel no dejó de lado sus grandes clásicos, como ‘Quiero abrazarte tanto’, “una canción que habla de sexo en los años 70”; ‘Ay amor’, ‘Luna’ o ‘Soy un corazón tendido al sol’. Con ‘Solo pienso en ti’ rememoró por qué ha sido una de las canciones que más alegrías le ha dado. Mencionó a Ana Belén y le cantó ‘Canción para Pilar’ o ‘Nada sabe tan dulce como su boca’, por los años en los que empezaron a rodar juntos y aún siguen haciéndolo. También estuvo presente su abuela con ‘María Coraje’ y cuando ya parecía que no podían aumentar las emociones, sonó ‘Asturias’.
El cantautor salió del escenario de Maquinista de Levante besando el suelo, con un público emocionado y en pie para aplaudir una actuación que no solo mostró la solera de uno de los artistas más destacados de la música en español desde los años 70, sino que fue una conexión inmediata con la minería a través de sus letras.
Antes de que Víctor Manuel sonara en Maquinista de Levante, uno de los momentos más esperados en la Plaza Joaquín Costa fue la entrega del premio de nueva creación ‘Esteban Bernal Velasco’, que tiene como finalidad reconocer a personas o entidades que se hayan caracterizado por su entrega en la defensa del flamenco. Su nombre rinde así homenaje al fundador del Festival y alcalde en aquel momento de La Unión, un visionario cuya pasión por el cante le hizo poner en marcha, apenas sin apoyos a su alrededor, de un evento que a día de hoy es el festival de flamenco más grande del mundo.
El trofeo ha sido diseñado por su hijo, el artista Esteban Bernal Aguirre, quien ha querido reflejar en esta iconografía en altorrelieve de 35 cm a “un hombre con la cabeza erguida y la mirada puesta en el futuro, siempre adelante; un visionario inspirado por la fe en un proyecto. Las dos manos las mantiene unidas en el pecho junto al corazón, apoyadas en el mástil de una guitarra que representa al Flamenco con mayúsculas, y su pie izquierdo está elevado, apoyado en un escalón que le impulsase hacia arriba, en un guiño a la escultura del Monumento al Minero; la posición de esta pierna manifiesta el dominio sobre el medio en el que se trabaja, en aquel caso la dureza del laboreo en la Sierra Minera».
“A lo largo de los 91 años que ya he cumplido nunca imaginé la creación de un trofeo con mi nombre. Lo recibo con alegría al ver reconocido una vez más el esfuerzo y el trabajo de aquellos primeros once años animado por la ilusión de rescatar y defender el patrimonio cultural de nuestros cantes mineros que ya agonizaban”, afirmó tras recoger el galardón el fundador, recordando unos inicios que “no fueron fáciles”, ya que contó para poner en marcha este proyecto con un equipo reducido de colaboradores para “realizar un sueño venciendo la incomprensión de muchos y la limitación de unos medios muy escasos”.
“Después de 60 años, es maravilloso tener la oportunidad de poner disfrutar del éxito y el crecimiento de uno de los principales festivales del mundo. Sigo animándoos a todos a todos para que así continúe, al menos otros 60 años”, concluyó Esteban Bernal Velasco.
“Es una satisfacción homenajear a aquellos que hacen grande a un municipio. Esto nace de un sueño que tuvisteis unos cuantos que tú encabezaste y ha hecho posible que La Unión se conozca mundialmente”, agradeció Pedro López Milán, recordando que su nombre siempre “va a estar presente en cualquier Festival”. Le entregó, además, el escudo de oro de La Unión como agradecimiento.
Fue el propio Esteban Bernal Velasco quien entregó el segundo galardón con su nombre al Ayuntamiento de Rojales, por su contribución a la difusión y promoción del flamenco, apostando por la cultura como baluarte y poniendo en valor su espíritu emprendedor. Se trata de una localidad estrechamente unida a La Unión, ya que hasta este municipio de la vega baja del Segura llegaron muchas familias huyendo de las crisis mineras de La Unión. Además, Rojales, es una de las paradas de las pruebas selectivas.
Tal y como destacó el alcalde del Rojales, Antonio Pérez, “Rojales y La Unión vuelven a reencontrarse”, haciendo referencia a muchos vecinos que llegaron hasta allí por razones económicas. “Ese cante de las minas también se escuchaba en nuestro pueblo”, confesó. “Gracias a esta colaboración cultural he descubierto a las gentes y los paisajes de La Unión”, afirmó, animando al hermanamiento entre ambos municipios.
El cante de Juan Pinilla no necesita de melismas ni de adornos para llegar muy profundo, porque cuando el granadino se adentra en su cante, su sentir se contagia a todos los presentes. Y es que el cantaor, que se alzó con la ‘Lámpara Minera’ en 2007, siente “una emoción redoblá” cuando vuelve a La Unión, “un marco incomparable” donde según Juan Pinilla, “empezó la aventura viajera de mi vida”.
El granadino estuvo acompañado a la guitarra por David Caro, su compañero de fatigas al que conoció en el concurso de La Unión y con el que 14 años después sigue compartiendo tablas. El guitarrista es, a su vez, uno de los profesores de guitarra flamenca de los cursos que organiza el Festival Internacional del Cante de las Minas.
El maestro comenzó su repertorio con unas querencias de la tierra en las que se recordaba a ilustres figuras del Cante de las Minas como Alfonso Paredes, conocido como el ‘Niño Alfonso’, uno de los referentes de Pinilla, y Antonio Fernández. A su vez, Pinilla hizo extensible el homenaje “a la memoria de los mineros que murieron en estas minas y en todas las minas del mundo”. A continuación, el cantaor hizo un repaso por una selección de cantes de su último disco ‘Humana Raíz’ con títulos como ‘Hijos de Gades’ en la que homenajeaba a Cádiz y a todos sus hijos pródigos; ‘Casa Pavón’ en donde se ensalza la figura de la ‘Niña de los Peines’; o ‘Autorretrato’. Pinilla terminó su actuación ganándose el respeto y el cariño de los unionenses con fandango y bulerías.
Las alumnas de ArteDanza hicieron ayer una exhibición en la Plaza Joaquín Costa, tras el concierto de Juan Pinilla, llevando el baile a las principales calles de La Unión. Se trata de una actividad que se mantendrá hasta el final del Festival, pudiéndose disfrutar de una animación y ambientación de estas bailarinas que recorrerán las zonas más emblemáticas del municipio para ofrecer un espectáculo único a aquellos que estén disfrutando de la hostelería local, contribuyendo así en un impulso para el sector.
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