La conexión de Federico García Lorca con el flamenco sigue siendo un pozo de inagotable inspiración. Eso debió de pensar Úrsula López cuando indagó en los múltiples ecos que la obra del granadino ha tenido desde su muerte hasta el final de la dictadura de Franco tanto en nuestro país como en el extranjero. Un trabajo de investigación y de recuperación de bailes que ha dado como resultado Comedia sin título, que el miércoles 6 de marzo la bailaora cordobesa estrena, al frente de su compañía, en el Teatro Villamarta en este Festival de Jerez.
De otro lado, el gaditano Francisco Hidalgo presentará en los Museos de la Atalaya Moscas y diamantes, un espectáculo donde exhibirá “la libertad de su baile”, bajo la dirección escénica de Carlos Chamorro. Será mañana martes 5 de marzo y, en la misma jornada, la programación del certamen se abre con David Romero que, en plena madurez, estrena Bailante en Sala Compañía. El cante sin amplificación acústica tendrá como protagonista a Jesús Corbacho en el Palacio Villavicencio (6 de marzo).
“Es un orgullo estrenar en Jerez”, ha afirmado Úrsula López. “Es muy importante para mí que sea en este Festival, donde siempre han recibido los brazos abiertos mis proyectos”, ha añadido. Desde que en 2007 presentara Abriendo camino con su propia compañía en la muestra, los avatares artísticos de Úrsula López la llevaron a dirigir el Ballet Flamenco de Andalucía, donde puso en escena El maleficio de la mariposa sobre bailes y danzas vinculadas a la mujer que García Lorca vio a lo largo de su vida y cuyo título corresponde con la primera obra teatral escrita por el poeta.
Ahora, en Comedia sin título, la bailaora cordobesa extiende el rastro lorquiano en el baile -y, por ende, en el flamenco- desde su muerte en 1936 hasta los últimos años de la dictadura franquista. Un proyecto que surgió cuando todavía dirigía el Ballet Flamenco de Andalucía y que ahora afronta con compañía propia, pues “se me puso por delante la oportunidad”. Y no quiso rehuir de este “reto grande y apasionante”.
Este recorrido histórico ha requerido un trabajo de investigación previo -con la documentación aportada por Pedro G. Romero- para tener algunas certezas sobre qué sucedió con la danza y el flamenco en aquellos años. Convencida de estar ante “la edad de oro” del baile, Úrsula López ha tratado de recuperar esas danzas que, en su opinión, constituyen todo “un catálogo” que se extiende incluso a aquellos artistas -represaliados o no- que dejaron su impronta en tierras americanas y otros de origen europeo seducidos por el sugerente imaginario inherente la obra poética y teatral del universal granadino.
García Lorca estaba escribiendo Comedia sin título cuando fue asesinado pocos días después. Esta obra inconclusa -mezcla de teatro social, auto sacramental y experimento literario- finaliza en un tercer y último acto, donde sólo aparece escrita la frase “Arcángeles, vestidos de faralaes ascienden a los cielos”. Precisamente, ése es el título de la primera pieza coreográfica que inicia el espectáculo de Úrsula López, que toma el título de la postrera obra lorquiana.
A partir de aquí, se despliegan más de una docena de coreografías de diferentes épocas y estilos donde predomina, a diferencia de El maleficio de las mariposas, el mundo del hombre. Y es que, en aquella cultura del patriarcado en los años de la dictadura, las diferentes formas de la masculinidad alcanzaron a la estética flamenca. Asoman sobre el escenario piezas ide Vicente Escudero, Antonio El Bailarín, Rafael Aguilar, José Greco, José de la Vega y Rafael Aguilar que tienen como referente la obra de Lorca.
Edad de oro
Este recorrido por la “edad de oro” de la danza tiene muy presente otros maestros del baile como Antonio Gades, Mario Maya, El Güito, Farruco y la aportación del grupo La Cuadra,bajo la dirección de Salvador Távora. Del otro lado del Atlántico, Úrsula López recoge las aportaciones del mexicano José Limón, la exiliada Gabriela Ortega, los bailarines norteamericanos Lester Horton y Valerie Bettis y los europeos Christopher Bruce y Mats Ek, entre otros. Así que el espectador podrá ver piezas coreográficas en torno a Yerma, La casa de Bernarda Alba, Romancero gitano, Bodas de sangre, El prendimiento y muerte de Antoñito El Camborio. En cualquier caso, la obra arranca con el poeta y se cierra en su tierra, “como no podía ser de otra forma”, con Camelamos Naquerar y Ay, Jondo de Mario Maya.
“He intentado ser fiel al baile de la época. En esa revisión de todas las coreografías -un catálogo que va desde 1936 a 1977-, he querido poner en valor ese baile”, ha comentado Úrsula López. Un arduo trabajo en el que la compañía se ha visto obligada “a adaptar su cuerpo” a las diferentes estéticas reflejadas sobre el escenario.
De este estreno forma parte un cuerpo de baile integrado por algunos ex miembros del Ballet Flamenco de Andalucía. Tal es el caso de Julia Acosta, Manuel Jiménez, Federico Núñez e Iván Orellana. A ellos se suman Aitana Rousseau, Andrea Anto, María Gómez y Jesús Hinojosa. Igualmente, la banda sonora cuenta con algunos músicos que participaron en El maleficio de la mariposa -el cantaor Sebastián Cruz, el guitarrista Alfredo Lagos y el saxofonista Juan Jiménez, además de la voz de Perrate y la percusión de Antonio Moreno.
“Siempre ha estado en mi cabeza ser un bailaor que no se parezca a nadie”, ha confesado Francisco Hidalgo. El gaditano cree haber encontrado “la libertad de mi baile” en Moscas y diamantes, que pondrá en escena en los Museos de la Atalaya, bajo la dirección escénica de Carlos Chamorro. Se trata de una propuesta “muy personal” en la que, desde el punto de vista escenográfico, se rodea de algunos elementos que simbolizan la naturaleza.
En estas Moscas y diamantes subyace “el miedo, la incertidumbre de salir de lo establecido, de lo correcto”. Ese “miedo al que dirán” que parece que llevamos insertado en nuestra mente cuando vivimos en sociedad. De alguna manera, Francisco Hidalgo quiere ‘espantar’ las moscas de la opinión de los demás y hacer brillar los diamantes ocultos de su propia personalidad como bailaor. “La esencia del artista es ser uno mismo”, ha asegurado Hidalgo desde la admiración a esos compañeros de profesión que han andado su propio camino. Ahora se propone “bailar desde la verdad”, que no es otra que la suya.
Etapas previas
Para llegar al resultado final de su propuesta ha pasado por dos etapas previas: la introspección (con el apoyo de Belén Maya); el descubrimiento de su estética propia a través de la obra del pintor Oswaldo Guayasamín; y la creación. En esta última ha contado con la dirección escénica de Carlos Chamorro. Sobre el escenario podría verse un árbol que crece al mismo ritmo que va descubriendo el bailaor las diferentes etapas de su evolución. Todo ello con la guitarra de Antonia Jiménez -directora musical-, el cante de Miguel Ortega y la percusión de Iván Mellén.
Dos años después de recibir el prestigioso Premio Desplante del Festival de Las Minas llega David Romero al certamen para estrenar Bailante en Sala Compañía (martes 5 de marzo). Con este nuevo montaje, el bailaor catalán quiere rendir homenaje “a los países que han formado mi esencia como artista y como persona”, ha señalado. Entre esos lugares figuran Argentina, India y Japón que “me han enriquecido por dentro”. De hecho, a cada uno de ellos dedica una pieza coreográfica.
“Para mí, lo más importante es bailar, es lo que más me llena”, ha confesado. En su caso, tiene tras de sí una amplia trayectoria artística y aborda esta nueva propuesta, avalada por la visión externa del bailaor y coreógrafo Jesús Carmona, con la seguridad de sentirse arropado en el escenario por un elenco formado por los cantaores Antonio ‘El Pulga’ y David ‘El Galli’, la guitarra de Javier Conde, la percusión de Raúl Botella, además de la colaboración de la cantaora, actriz y bailaora gaditana Ana Salazar.
El cante asomará en la tarde del miércoles 6 de marzo sin amplificación acústica en el Palacio Villavicencio. El protagonista será Jesús Corbacho, Premio Mejor Cante de Acompañamiento de la pasada edición del Festival de Jerez, acompañado por la guitarra de Juan Campallo. “El marco es incomparable para expresar cómo siento el cante”, ha afirmado Corbacho. Tras reconocer que le encanta cantar para bailar, ha reconocido estar encantado con el hecho de que ahora pueda salir de ese atrás y ponerse delante. “Por encima de cantaor, me considero aficionado al cante”. Entre sus referentes, ha citado a Pepe Marchena y Antonio Mairena, entre otros.
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