Una 'persecución' poliédrica

La Plaza de San Francisco acogerá durante los fines de semana de la celebración de la XX Bienal de Flamenco un espectáculo que nadie debería perderse. Con dirección artística de Belén Maya y asesoramiento documental de Miguel Ángel Vargas, la obra Persecución de Juan Peña 'El Lebrijano' y Félix Grande, a través de una más que interesante performance, nos lleva a la realidad actual desde el pasado y quien tenga la oportunidad de verla saldrá del espacio escénico con unas sensaciones y energías que van transformándose de forma sustancial conforme esta se va desarrollando.

Este espectáculo no está diseñado para verlo sobre los ejes tradicionales de las artes escénicas sino que se plantea como una obra para ser vista desde las alturas y tiene tantas visiones y versiones distintas como espectadores haya presenciándola ya que se presenta además de forma poliédrica y puede ser vista desde varias posiciones y perspectivas. En función de lugar del espacio habilitado que se ocupe, se tendrá la oportunidad de ver las coreografías, los mappings y las proyecciones de forma diferente por lo que la recomendación que podemos hacerles es que se muevan por las andanas de andamio montadas para tal fin con toda la libertad que puedan.

Partiendo de que la percepción del espectador ya de inicio es distinta porque lo ve desde arriba y, por tanto, la espacialidad cambia sustancialmente, las diferentes piezas de la obra 'Persecución' – de la que no se toca ni una sola nota- nos van ubica en diferentes espacios tiempos históricos, tanto de España como de otros lugares de Europa, y al tiempo que vamos caminando a paso de los carramotaos que conformaban las caravanas nómadas, se vive con intensidad una 'gran redada' que llega desde los Reyes Católicos hasta nuestros días y por las que pasan líderes políticos de rabiosa actualidad, otorgándole así continuidad en el presente al objetivo primitivo del disco y el momento sociopolítico en el que fue concebido y publicado.

Si bien en esta obra la danza, tanto flamenca como urbana y contemporánea está al mismo nivel y plano que el resto de elementos, no menos importante es el trabajo de las dos parejas de bailaores/bailarines, que entran al juego de hacernos abrir los ojos a través de una de las obras maestras del flamenco que dejaran para la posteridad Juan Peña 'El Lebrijano' y Félix Grande y que, quien la vea, si no ha tenido suficiente, siempre podrán volver a verla en cualquiera de las funciones que, en formato de doble, van a llevarse a cabo de jueves a sábado del mes de septiembre y así ir conformándose diferentes opiniones según la perspectiva desde la que la vea.

Tanto Javiera de la Fuente como Carlos Carbonell en la parte flamenca, como Dani Zoo en la danza más urbana o Carmen Rodríguez Cruz en la contemporánea, fusionan artes y disciplinas bajo un nexo de unión que va mucho más allá de lo jondo, o incluso lo vanguardista o lo ecléctico, porque entre ellos maridan técnicas, estilos y formas propias que casan con una escenografía diseñada para que ellos formen parte de ella como un elemento más, para así conseguir implementar sus figuras dentro de la tridimensionalidad que se proyecta desde el plano hacía el cielo y muchas veces no sabes si lo que ves es una imagen digital o de carne y hueso.

'Persecución' consigue con creces su objetivo al ser un trabajo que no deja indiferente a quien lo ve. Busca remover conciencias y hacernos reflexionar. Y lo consigue. Si el objetivo es dejarnos con una sensación de vacío, el trabajo de Belén Maya y Miguel Ángel Vargas, quienes junto a José María Roca han realizado la dirección artística, técnica y documental, da en el blanco de lleno.