Un placer para los sentidos

Algunos artistas se transforman cuando pisan el escenario en una suerte del señor Hide y el galeno Jekyll,de una manera tal que no se reconocen cuando se reflejan en la pantalla del iPad y creen ver a alguien que difiere mucho de su comportamiento habitual...No es el caso,basta con ver unos minutos a María fuera del refugio de las tablas para intuir toda la sal que después derrama sobre el escenario.

Este jueves,con todo vendido y una expectación fuera de lo normal,María se presentó en Sevilla dispuesta a devolver el dinero de las entradas que habían pagado a todos y cada uno de los que en el Teatro se habían congregado.Y vaya si lo devolvió,desde sus primeros vuelos de mantón que dibujaron en el aire las primeras pinturas para recordar sobre el lienzo que ponía con su voz por milonga Pepe de Pura.

Después de una deliciosa travesura con Roberto Jaén entre sus palillos y el cajón del gaditano entró la voz profunda de Enrique el Extremeño por soleá que sirvió a María para entrar en terrenos donde se siente a gusto,donde va creciendo,igual que en el tarando subsiguiente donde ya alcanzó cotas impresionantes,sobre todo en un zapateado pleno de fuerza,técnica y transmisión .

Otro maravilloso encuentro con Roberto,en una “pataita”,que no por ligero nos impidió saborear una suerte de complicidad salinera con olor a Caleta,nos relajó y nos dejó tomar aire para enlazar con unas bulerías descalzas plenas de garbo y potencia con las que María dejó al público en pie y feliz,aplaudiendo y con ganas de más.

Si María estuvo sublime,no le andaron a la zaga sus compañeros.Dos cantaores Pepe de Pura y Enrique el Extremeño que estuvieron magníficos y cuyas voces se complementaron perfectamente.Un Roberto Jaén que fue el aderezo perfecto delespectáculo y que todo lo que hizo,tanto Palmas,coros,percusión y baile,lo hizo estupendamente y además le añadió una dosis de lo que los modernos llamarían buen rollo que los flamencos siempre han llamado “ange” y que es impagable.Y que decir de Juan Requena,el malagueño no solo es un guitarrista de primer nivel,sino un músico integral como pocos hay y que tuvo mucho que ver en que todo sonara con una continuidad armónica que dotó el espectáculo de consistencia que a veces se echa en falta y en esta ocasión no faltó.

En resumen, una noche de baile sublime que dejo con ganas de más y donde sin duda María Moreno volvió a demostrar que es la punta de lanza del baile flamenco actual.