Rápido y bien, nunca van juntos

Dice el refrán eso de que ''noches de expectación...'' y ya saben ustedes como acaba. Pues como acabó ayer el principal espectáculo de la cuarta jornada del festival Flamenco On Fire que se está celebrando estos días en Pamplona. Con José Fernández Torres 'Tomatito' en el Auditorio Baluarte como principal protagonista, lo que podría haber sido una noche memorable, sólo quedó en un fin de fiesta en el hotel interesante.

El programa presentado por parte de la organización despertó en el público una expectación que casi rozó el lleno de 'no hay billetes' en el espacio escénico, que tiene un aforo para 1.600 personas, y constaba en la primera parte de la interpretación del 'Concierto de Aranjuez' de Tomatito junto a la Orquesta Sinfónica de Navarra y, tras un descanso, un recital de guitarra flamenca del tocaor almeriense en los formatos a los que se nos tiene acostumbrados en la actualidad, con segunda guitarra, percusión, palmas, coros... ya ustedes me entienden.

Pero no fue el día que muchos esperábamos y, salvo en el archiconocido adagio del segundo movimiento del concierto que compusiera para orquesta y guitarra el Maestro Rodrigo, la conexión entre tocaor y orquesta no obtuvo el objetivo deseado. La OSN es una de las orquestas regionales más importantes de España en la actualidad, y puso todo de su parte para que encajaran los compases pero, no sabemos por qué, lo que esperábamos que fueran 25 minutos de música para soñar no dejó el sabor de boca que a muchos nos hubiera gustado.

Quizás pudo ser por el bajo volumen en la sala de la guitarra, que casi ni se oía en algunos momentos, o por las indecisiones a la hora de atacar la partitura y que provocaron hasta la repetición de alguna que otra entrada de piezas del concierto, o quizás también los teléfonos móviles que sonaron durante el mismo sean algunos los motivos que nos hicieran tener el cuerpo desentonados y que esta interpetación de la que está considerada como una de las obras maestras de la música española no terminara de cuajar en la noche.

Además, en la segunda parte, escoltado por su hijo - José del Tomate- como segunda guitarra, Morenito de Illora y Kiki Cortiñas al cante, José Torres a las palmas y por Israel Suárez 'Piraña' a la percusión - si bien Teo Sánchez, compañero de Radio Nacional de España, en un lapsus lo bautizó en la presentación como 'El Pescaíto'-, donde esperábamos que Tomatito nos mostrara la amplitud del arco musical que posee y que le tiene encumbrado en el top del escalafón flamenco actual, salvo la pieza 'Two much' dedicada a Paco de Lucía y otra a Camarón con los compases de 'La Leyenda del Tiempo', todo se quedó en una sucesión de tangos, bulerías y rumbas a un ritmo endiablado quedando patente eso de que rápido y bien nunca van juntos.

Y fue una pena que en el Auditorio Baluarte no pudieramos disfrutar en toda su amplitud de una de las mejores guitarras flamencas de la actualidad y en la que los palos flamencos como la soleá, los tarantos, las seguiriyas o las rondeñas, tan clásicas como indispensables en cualquier concierto de estas caracaterísticas que se precie, fueran las grandes ausentes en la segunda parte de una noche en la que esperabamos más del maestro Tomatito. Bastante mas.