María José Santiago y Cristina Heeren, Medallas de Sevilla

El gobierno local ha trasladado a la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Sevilla, previamente a su elevación ante el Pleno municipal, la propuesta de las distinciones honoríficas de la ciudad para personas y entidades que entre las que, en lo que respecta al flamenco, se encuentran la artista jerezana María José Santiago y la mecenas Cristina Heeren.

Este reconocimiento, que tiene fecha de entrega el próximo día de San Fernando, en este año 2018 recoge el nombramiento de un hijo predilecto, una hija predilecta, un hijo adoptivo y 21 medallas –una de ellas compartida entre tres personas y dos a título póstumo– encontrandose en la categoría reconocimiento de trayectorias en el fomento de la cultura, del arte y su contribución a la difusión del nombre de la ciudad, tanto María José Santiago como Cristina Heeren.

María José Santiago Medina (Jerez, 1962)

En 1981 ganó el concurso de TVE “Gente Joven” y comenzó a interesarse por la copla. Tierra de Jerez es el primer disco en el que colabora junto a artistas como Lola Flores, La Paquera, José Mercé, La Macanita. En este disco incluye el villancico ‘Tu carita divina’, un imprescindible cada Navidad.

En 1986 recibió del Ministerio de Cultura de Grecia el nombramiento como mejor voz femenina española. Latinoamérica no tardó en reconocer su talento, especialmente en México.

Multifacética artista pasando del flamenco más puro a las sevillanas, la copla, el bolero, la rumba, los tangos flamencos, el villancico flamenco, la cumbia; siendo cantante y también presentadora, cuenta con una docena de discos editados.

Cristina Heeren

Nació en Nueva York. Graduada en Literatura Comparada por la Universidad de Columbia, estudió Arte Dramático en la prestigiosa escuela de Herbert Berghof y posteriormente Técnicas de Canto en París, donde además trabajó como realizadora y montadora de cine.

En 1991 creó la Productora Pureza y estrenó el espectáculo ‘El Flamenco es Vida’. A raíz del éxito nacional e internacional, Cristina Heeren decidió crear una Fundación dedicada a la conservación y divulgación del flamenco en todas sus expresiones. Y tras un paso temporal por otra ubicación, consiguió instalarse definitivamente en su calle fetiche, Pureza, en Triana, donde se encuentra el mayor centro de enseñanza del flamenco del mundo, gracias a la inversión de esta mecenas.

1.500 metros cuadrados en los que se forman 200 alumnos de unos 40 países. Una ONU del baile flamenco con más de veinte años de trayectoria.