Impulsado por personas perteneciente a la industria cultural del flamenco desde diferentes posiciones, se ha dado a conocer un manifiesto para que se realice una celebración crítica y fecunda del primer centenario del Concurso de Cante Jondo celebrado en Granada en el año 1922. Los impulsores de este documento,
independientes y relacionados en diversa medida con la creación o la reflexión
flamenca, comparten una visión
determinada del arte de Silverio.
La proyección del flamenco en la
sociedad que lo nutre, lo acoge y a la que se debe, no puede quedarse en eco, en repetición de
repeticiones; está obligado, para no morir, a dialogar y debatir (no solo sobre
su presente, también sobre su pasado), a proponer e innovar y, por ello, José Manuel Gamboa, escritor y productor musical, José
Javier León, profesor y autor; Belén Maya, bailaora y coreógrafa, José Luis
Ortiz Nuevo, escritor y cómico flamenco y Miguel Ángel Vargas, director de
escena y productor, firman las siguientes líneas con las que se pretenden poner pie en pared a todo cuanto acontece en el orbe de la industria cultural y flamenca:
MANIFESTAMOS:
UNO -
Así que pasen cinco años, contando desde este, de 2017,
Granada puede y debe
celebrar el primer centenario de aquel concurso que,
auspiciado por Manuel de Falla,
Federico García Lorca y una veintena larga de personalidades
de la cultura, tuvo lugar en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra los días 13
y 14 de junio de 1922. La ocasión
deberá ser aprovechada de manera proactiva y consciente para
elaborar un programa
artístico y de reflexión que, sin dejar de recordar las
buenas, las mejores intenciones de aquella iniciativa, no maquille ni oculte
sus errores. Que no se convierta en una hueca efeméride, sino que sirva como
favorable coyuntura para propiciar un debate franco sobre lo que el flamenco
fue ayer y es hoy, y lo que puede o deba ser mañana. En son de fiesta, sin
duda, pero también de análisis crítico.
DOS -
Queremos hacer una llamada nada retórica a las instituciones
culturales y educativas (tanto locales como autonómicas, nacionales e
internacionales) y muy señaladamente al Festival Internacional de Música y
Danza, para que aborden un programa revulsivo. Con frecuencia se repite en
Granada, sobre todo entre flamencos, la queja por no disponer de un gran
festival o concurso a imagen y semejanza de la Bienal de Sevilla o
del Concurso del Cante de las Minas de la Unión. Pero
Granada ya lo tiene, ya tiene ese
gran festival: se llama Festival de Música y Danza y es
hijo, por un lado, de aquel concurso del 22 y, por otro, de los conciertos
sinfónicos que se celebraban desde 1883 en torno a nuestra fiesta mayor, el
Corpus Christi, en el anillo leonado del Palacio de Carlos V. Es hora de que
nuestro Festival incorpore las artes flamencas no como manifestación anecdótica
o paralela o adorno pleno de color local, sino como elemento copartícipe en el mayor
evento de música clásica de la ciudad, y la cita de 2022 puede ser la ocasión perfecta
para consolidar ese giro deseable y necesario. No se nos olvide que el flamenco
es un “arte casi clásico”, un arte de composición, debido a la “extraordinaria
precisión” que exige. Son palabras de Igor Stravinsky, en 1921, un año antes de
que Falla y Lorca buscaran su tesoro, supuestamente perdido, por los pueblos
andaluces.
TRES -
Quienes firmamos este manifiesto no sabemos si existe la
marca Granada ni es
nuestro deseo vindicarla. Denunciamos, en cambio, el exceso
de marcas negativas con el que esta ciudad se está cargando y hacemos votos
porque la necesaria celebración del centenario del 22 no sea una más, que venga
a engrosar la lista de fiascos locales. No podemos permitirnos un nuevo revés,
como el de la celebración del milenio del Reino de Granada, que quedó en poco
más que una página electrónica, un mueble de tristeza arrumbao a la pared
ciberespacial.
CUATRO -
Un Enrique Morente de apenas 30 años dijo: “los
intelectuales, si son de verdad
y saben escuchar y sentir el cante, pueden ayudar
divulgándolo, pero nunca tratando de dirigirlo o encauzarlo”. Morente resumió,
en este juicio, aciertos y yerros que podemos fácilmente transferir al Concurso
del 22. Consecuencia positiva suya fue la de alentar a la profesión (en contra
de lo que se proponía, por cierto): tras él, el espectáculo pasa al gran formato
y las figuras del género, los profesionales, disponen de nuevos y mayores
aforos.
Otro efecto provechoso fue el interés por el registro y
rescate gramofónico de cantes que, como el martinete, tal vez estarían extintos
hoy, debido a su escaso o nulo tirón comercial.
Sin embargo, en la parte negativa del balance, la influencia
de los escritos teóricos del
tándem Falla-Lorca hizo que se perpetuaran estereotipos tan
dañinos como el de la pureza, el rechazo de la comercialización, la
consolidación poética del gitanismo y, más tarde, el duendismo, o la
postergación del baile y la guitarra. A la manera del despotismo ilustrado, el
22 quiso arreglar el flamenco sin los flamencos. La conmemoración que planteamos
no puede volver a reproducir tal desacierto: ha de ser un evento que les dé el lugar
primordial. El flamenco es de quien lo trabaja, de sus artistas o artesanos; no
es de la afición, sino de la profesión; ellos conformarán el futuro... si saben
llegar al público.
CINCO -
¿Qué cantan los flamencos y flamencas de ahora? Dos siglos y
medio después de
la gestación de su arte, ¿qué tocan y que bailan los
flamencos de ahora? ¿Cantan, bailan y tocan solo a compás o también a su
tiempo, con su tiempo? ¿Al aire de hoy o solo al de ayer? Es necesario
estimular la verdadera creación en un momento en que casi todo consiste en
versiones de lo ya versionado. La industria y la mayor parte de las
instituciones no facilitan la labor creativa, el riesgo de
avanzar o volar libre. Urge también la renovación del público, que envejece
veloz y sin renuevo. La ocasión de 2022 tiene que ser también la de plantearse
en qué se está fallando, por eso este manifiesto se redacta desde el compromiso
con la vida, con la cultura caliente, más que con el frío mármol de las
conmemoraciones. Y con vocación de impacto, acicate e influencia. Para hoy
mismo, para mañana y así que pasen cinco años.
En la ciudad de Granada, a 25 de diciembre de 2017, día de
la Natividad, septuagésimo quinto aniversario del nacimiento de Enrique
Morente.
José Manuel Gamboa - José Javier León - Belén Maya - José
Luis Ortiz Nuevo - Miguel Ángel Vargas