Lobbie de Tronos en el Instituto Andaluz de Flamenco

Increíble pero cierto. Si ya no fuese bastante el lío que tiene montado la Consejería de Cultura y Patrimonio de la Junta de Andalucía respecto al proceso de selección del director del Instituto Andaluz de Flamenco, ahora resulta que alguno de los candidatos hasta se permiten el lujo de crear lobbies con artistas del mundo del cante, el toque y el baile para, una vez destituido Fernando Francés como director de la Empresa Pública de Cultura, pasar a meterle directamente presión a la propia consejera.

Increíble. ¿Verdad? Pues ya se pueden imaginar ustedes la cara que se le ha quedado a los distintos actores de mundo del flamenco, al ver como el candidato apadrinado por María del Mar Sánchez Estrella, escoltado por grandes nombres del panorama flamenco, se presta a un muy particular ‘Juego de Tronos’ con el fin de conseguir sentarse en el sillón principal del ente autonomico que tiene sede en la Casa de Murillo.

Tras haber sido designado como director de la Bienal de Flamenco de Sevilla en las ediciones de 2014 y 2016 por la actual Directora General de Innovación Cultural y Museos en su etapa de edil en la capital andaluza y con un currículum vitae donde destaca su faceta como manager de importantes artistas del mundo flamenco, en recientes declaraciones el propio Cristóbal Ortega manifestaba no interesarle el puesto en cuestión tras “encontrarse a gusto” con el cargo que ostenta actualmente en el Ayuntamiento de Utrera, una vez finalizado su comisariado del Año Cultural Abate Marchena, por lo que se hace aún menos comprensible este tipo de acontecimientos ya que, en ningún caso, Ortega ha presentado su renuncia oficial al proyecto de la localidad sevillana.

Pues así están las cosas en la Casa de Murillo y sus alrededores, y así están jugando sus cartas algunos candidatos, bajo el amparo de la recién nombrada Secretaria General de Innovación Cultural y Museos de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, tras la dimisión de Fernando Francés. Ni que decir tiene que este acontecimiento ha provocado el consiguiente cabreo no sólo por parte de quienes han de tomar la decisión de elegir al nuevo director del ente autonómico sino también, y de forma unánime, del sector del flamenco.

No estaría de mas que la propia consejera de cultura andaluza, Patricia del Pozo, tomase de una vez por todas cartas en el asunto para alejar estos lobbies domésticos que poco o nada ayudan al arte de lo jondo, más que en beneficio propio, y lo único que consiguen es dejar en evidencia un proceso público de selección que se está convirtiendo en la comidilla del verano en los mentideros flamencos, no precisamente por cómo se están haciendo las cosas ni por la salvaguarda del secreto que le debe acompañar.
 
Sería recomendable que, por el bien del proceso, se pidieran las explicaciones oportunas a quien corresponda y tampoco estaría de más que ‘echaran un vistazo’ al currículum vitae del candidato para hacerse una idea de por dónde sopla el viento, los vínculos cruzados profesionales y administrativos existentes y, sobre todo, saber por qué, precisamente la sede de una institución andaluza que debe velar en todo momento los principios de objetividad, transparencia y equilibrio del flamenco en toda Andalucía, se está convirtiendo en una casa sin barrer, desde la que tienen lugar filtraciones y movimientos que deberían alejarse de una vez por todas de la Casa Murillo y del mundo del Flamenco.

A ver si de una vez se nota el cambio de gobierno, que falta hace.