Inspirándose en la pintura que nos dejó como legado Francisco de Goya y Lucientes, Ana Morón vive con esta colección un nuevo y recurrente crecimiento en el diseño de los trajes de flamenca, sorprendiéndonos por la utilización de las clásicas madroñeras goyescas, que dejan de ser sólo un accesorio para el pelo y ahora atavían mangas y escotes dibujando una flamenca más contemporánea.
En patrones, cobra importancia el volumen de los hombros y la cintura, conmemorando el jubón y la basquiña de las Majas de la época. Los diseños abren el vuelo desde el talle y los volantes son siempre diferentes. La colección de Ana Morón posee detalles estudiados, como ricos bordados florales tridimensionales que parecen dotar de vida a los vestidos, o cuidadas transparencias, a la vez que imposibles cortes y patrones que embellecen a la mujer.
Los tejidos son nobles y ricos: gasas, satenes, algodones, encajes..., y se combinan con sedas o guipures multicolores que dan a cada traje un toque chic y original. En cuanto a la paleta cromática, la colección evoluciona con una serie de vestidos de alegres colores que se mezclan con azules y verdes, pasando por rosas, corales y rojos, hasta llegar a diseños con blancos, negros y bordados multicolor. Los complementos, realizados por la firma cordobesa Trinitrán, apuestan por la nobleza de sedas, terciopelos y encajes, que se combinan en bases doradas. En el pelo se muestran muchas flores teñidas a mano que combinan colores y están acompañadas de pequeños peinecillos.