La Paquera de Jerez, la voz que empoderó a las cantaoras

Se llamaba Francisca Menéndez, nació en Jerez en 1934 y murió en 2004. La Paquera de Jerez, su alter ego artístico, sigue hoy, veinte años después del fallecimiento de Francisca, más viva que nunca, y su legado, artístico y vital, ha marcado a una generación de cantaoras, a las que abrió camino. La artista de voz poderosa y amplio registro, y la mujer que empoderó a la cantaora solista en un universo dominado por el hombre son los ejes sobre los que gira la exposición que el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco (CADF) y la Cátedra de Flamencología de Jerez han organizado para rendir tributo a la Paquera cuando se cumplen dos décadas de su muerte.

Cuentan quienes la conocieron, y confirman los expertos en cante jondo, que La Paquera es irrepetible. Por su cante lleno de expresividad y desgarro, por su poderosa voz de pecho y su amplio registro, pero también por la forma en la que reivindicó y resituó a la mujer en el mundo del cante, a la cantaora solista en un escenario en el quetradicionalmente, hasta entonces, estaba en un segundo plano.

A través de fotografías, de trajes de su vestuario artístico, discos de pizarra y otros objetos, la exposición traza un retrato de La Paquera que va más allá de su aportación al flamenco, que no fue poca.

Se podrá ver, en imágenes, a aquella Francisca de los comienzos, una chiquilla con una gestualidad singular, que intentaba sobrevivir en unos tiempos difíciles, marcados por la necesidad, que sentía un enorme apego por su familia y que sentía la necesidad de expresarlo a través del cante.

Paseó aquella voz por los mejores escenarios de España y se hizo un hueco en el cine de entonces. Legó un catálogo discográfico extraordinario y será recordada para siempre como la voz de la Nochebuena de Jerez, la ciudad en la que nació y de la que fue su mejor embajadora.

En cada foto, en cada disco, en cada traje que se ha reunido con ocasión de este homenaje, se guarda y se cuenta un fragmento de su vida. Son miradas retrospectivas que recuperan su memoria y la de los suyos a través del lenguaje universal del arte.

La Paquera, con sólo 22 años y acompañada por Manuel Morao a la guitarra, se hace presente en dos discos de pizarra grabados en 1956 y que no son fáciles de encontrar,adquiridos recientemente por el Centro de Documentación del Flamenco. O en una foto con el actor Lorne Greene, el padre de la familia Cartwright en la famosa serie Bonanza, u otra imagen de los años 60 en la que aparece con las grandes figuras del momento, con Chocolate, Lebrijano o Paco Cepero.

La muestra, que se puede visitar en la sede del Centro de Documentación del Flamenco, en Jerez, hasta el mes de octubre constituye tan sólo una parte del tributo a La Paquera en el vigésimo aniversario de su fallecimiento. Además, se han organizado tres ciclos de conferencias en torno a su figura que sirven para redescubrir una figura esencial en la historia del flamenco. Del flamenco en femenino.