La libertad de Miguel Poveda

Dos años después de su última visita, Miguel Poveda volvía en la noche de ayer a El Puerto de Santa María para presentar su último trabajo discográfico y ofrecer, durante mas de dos horas, el que probablemente sea el concierto de verano en Puerto Sherry. De esta manera, saldaba la deuda que tenía pendiente después de su última visita qué el mismo se encargó de recordar afirmando que “Creo que después de dos años he tenido tiempo para curarme la bronquitis con la que llegué a la Plaza de Toros, aunque con el aire que corre aquí no se si me la llevaré puesta esta noche”.

El cantaor catalán, que llegaba en esta ocasión en plenitud de facultades, agradeció de esta manera la asistencia al público que llenó un espacio escénico que trajo de cabeza a los responsables de sonido porque, un aparcamiento de barcos o dique seco que es como lo denominan los marineros, no es el mejor lugar para organizar un concierto de estas magnitudes y menos si está rodeado por completo de hormigón y existe un eco constante que no deja escuchar de forma correcta a los artistas por culpa de la reverberación.

Problemas técnicos aparte, lo que no puede negar nadie es que Miguel Poveda se entrega al límite en todas y cada una de sus actuaciones. Podrá gustar mas o menos su forma de entender la música, de interpretar el flamenco o incluso de maridarlo con otras disciplinas pero, prácticamente sin abandonar la escena salvo para el cambio de vestuario el tiempo justo y preciso, consigue mantener una lineabilidad que le está llevando a ser el artista que ocupa la cabeza del imaginario escalafón artístico flamenco en la actualidad, y eso no se consigue sin trabajo, esfuerzo y dedicación.

Sus conciertos se dividen en tres partes. De forma inteligente ocupa la primera de ella con versos de las grandes plumas literarias del país, musicalizados por Pedro Guerra, para dar paso al acto intermedio donde el flamenco es el protagonista. En esta ocasión Chicuelo se encargó de prologarlo con un magnífico solo por bulerías antes de que Miguel Poveda apareciera en escena para entrar de lleno en el mundo de las malagueñas (de la Peñaranda) y rematar con dos rondeñas.

Por alegrías consiguió poner al público en pié, que fueron rematadas por bulerías de Cádiz y reclamó a su compadre Carlos Grilo para que lo acompañara por soleá, que pueden ver en el video de esta noticia. Por tientos y tangos jugó con las formas del Piyayo y Triana que remató en pie sobre el escenario cantándose y bailándose y, para finalizar, volvió a rendir pleitesía a Lole Montoya y Manuel Molina en un popurrí por bulerías que eternarlizaran una de las parejas artísticas mas importantes de los últimos tiempos en el mundo flamenco.

Por último, como es habitual, la copla es la encargada de poner el epílogo. La canción andaluza ocupa un espacio fundamental dentro de la vida artística de Miguel Poveda y, en innumerables ocasiones, él mismo ha subrayado que si no fuera por su madre y los discos de copla quizás no estaría donde está hoy. Realizando un repaso a esas coplas de ‘la radio de mi madre’ se abría el tercer acto donde las letras de ‘Vente tú conmigo’, ‘A Ciegas’, ‘Y sin embargo’ o ‘El último minuto’ causaron el éxtasis de alguna que otra espectadora que no paraba de jalearle y que no querían que llegara el homenaje a Camarón con el que finalizó la parte oficial del concierto a través ‘Leyenda del Tiempo’ y comenzar un repertorio de bises que duró “hasta que nos echen de aquí”.

Ficha Técnica
Espectáculo: Sonetos y Poemas para la Libertad Artista: Miguel Poveda
Lugar: Puerto Sherry Fecha: 22 de Agosto de 2015 Aforo: Lleno
Cante: Miguel Poveda Piano: Joan Albert Amargós Toque: Chicuelo Coros: Esperanza León Percusión: Antonio Coronel y Paquito González Bajo: Guillermo Pla Palmas y Coros: Carlos Grilo y El Londro