Miriam
Galvín presenta “Levante”
una
colección que gira alrededor de tres elementos que son fundacionales
de su propio estilo: los estampados florales, el uso del color y los
lunares. A diferencia de años anteriores, los estampados florales
aparecen sólo de forma puntual en una serie de trajes donde, sin
embargo, cobran gran protagonismo. Destacan concretamente dos
estampados que reproducen unos maravillosos bodegones barrocos que
sobresalen por su plasticidad y contundente cromatismo.
Una
vez más, Miriam Galvín demuestra una especial sensibilidad en el
uso del color. Junto con el verde brillante, el buganvilla y el
coral, tonos recurrentes en la creadora, aparecen como novedad
algunos tonos más tenues como el beige, el rosa empolvado y el verde
aguamarina contrastados con el amarillo dorado, una de las apuestas
firmes de este año que brilla tanto solo, en cuerpos y faldas, como
en unos lunares exclusivos, grandes y brillantes como soles.
La
búsqueda de una especial luminosidad se refleja también en los
complementos expresamente diseñados para la colección: unos
vistosos pendientes y cinturones en metal dorado. Esta riqueza
cromática va pareja con la gran calidad de los tejidos escogidos –
mikados, rasos, satenes y gasas de seda – que destaca especialmente
en los trajes lisos, otra novedad presente en esta colección.
Tanto
la riqueza cromática como la variedad de tejidos se equilibran con
unos patrones que tienden a la sobriedad, buscando líneas alargadas
que ensalzan y estilizan el cuerpo de la mujer. Especial énfasis sin
embargo cobran los extremos, tanto las mangas como los volantes de
las faldas, muy trabajados y que a menudo se expanden hasta adquirir
unas formas rotundas y esculturales.