La dulce tentación de pecar

Reformando completamente el espectáculo que presentara en la pasada Bienal de Sevilla, el gaditano Edu Guerrero se presentó en la Sala Compañía para dar rienda suelta a un nuevo Callejón de los Pecados, para los que se acompañó de un magnifico Jesús Guerrero a la guitarra, Pepe de Pura y Jonathan de los Reyes al cante, el piano de Sergio Monroy y Daniel Suárez en la percusión.

Ganador como es del Premio ‘Desplante’ del Festival de Cante de las Minas de la Unión, el primero de los pecados nos llega en formato de impecables tarantos, tras una pieza contemporánea en la que seguro que la mano de Rocío Molina andaba presente, y a la que le pone música en formato de verso recitado una voz en off, encontró el contrapunto festero unos jaleos llenos de buen son extremeño por parte del atrás, tras el cambio de vestuario.

Proyectando su imagen en el forillo, la voz en off de Tía Anica ‘La Piriñaca’ y Jacinto Almadén le sirvieron de compás iniciático de unos martinetes convertidos a posterior siguiriya que fueron de las mejores piezas del espectáculo y en la zambra reclamó la presencia de Manuel Lombo, que atravesó el patio de butacas, para darle vida junto a él a los Tientos del Cariño de Quintero, León y Quiroga, antes de buscar epílogo con una soleá donde el escenario se le quedó pequeño.

En este nuevo espectáculo, porque de lo realizado en Sevilla solo conserva el nombre, juega con las cuatro dimensiones del espacio escénico, al tiempo que realiza diversos guiños a artistas que ya no están con nosotros como Camarón, Morente o Paco de Lucía, al tiempo que nos muestra a un artista que es tan innovador como el baile que expresa.

Tanto en fondo como en forma, busca otros planos escénicos distintos al largo y el ancho de un escenario, sabiendo jugar perfectamente con sus cualidades físicas y expresivas donde la limpieza de movimientos y la plasticidad de su cuerpo marcando la figura es una dominante, pero siempre sin descomponer ni descompensar la figura marcando un estilo que nos recordó, por momentos, a aquél Joaquín Cortés de los primeros tiempos.