La Bienal de las mentiras

El festival flamenco más importante del mundo, o al menos el que pretende serlo, ha sufrido un revés importante en estos días, convirtiendo los datos arrojados en su balance oficial en una cortina de humo que pretendía ocultar una realidad bien distinta. Lo que en el mes de octubre eran felicitaciones y abrazos por la gestión realizada, así como por lo bien que se había desarrollado todo el programa, según los organizadores, al conocerse los datos reales que recoge el expediente administrativo realizado por el área de cultura del ayuntamiento sevillano, la edición de 2016 arroja un saldo muy por debajo, tanto de forma cuantitativa como cualitativa, de ediciones anteriores.
 
Durante la celebración de la XIX Bienal de Flamenco de Sevilla, realizada entre el 8 de septiembre y el 2 de octubre de 2016, no fueron pocas las voces que mostraron su descontento con la programación realizada y su forma de gestión. Fiascos importantes como las cancelaciones de Rafael Riqueni, el Ballet Nacional de España o Manolo Sanlúcar (que sustituía al BNE), junto con las caídas de cartel de artistas como Merche Esmeralda, Pitingo, José María Bandera, Josemi Carmona o El Camborio, dejaron descafeinada una programación que daba la razón a estas voces discordantes y que, por primera vez en mucho tiempo, no se aperturaba con un estreno absoluto o una gala preparada ex profeso para dar inicio al festival.

Aún así, la organización sostuvo en su balance oficial que en 67 de los 69 espectáculos programados se colgó el cartel de ‘no hay billetes’ e indicaron que fueron 43.000 las entradas que se pusieron a la venta, rozándose casi el 100% de ocupación. Sin embargo, no es ‘sold out’ todo lo que reluce ya que, según se ha podido conocer, ni los espectáculos protagonizados por Eva ‘La Yerbabuena’ y Esperanza Fernández, en el Teatro de la Maestranza, ni otras propuestas como las de Olga Pericet, Gerardo Núñez o Miguel Ángel Cortés, en el Teatro Central, Dorantes y Canción Andaluza en el Patio de la Montería del Real Alcázar, El Barrullo, Manuel Valencia, Pepe Habichuela, José de la Tomasa & Gabriel de la Tomasa, la Familia Sordera y Juan Carlos Romero, en el Espacio Santa Clara, José Enrique Morente, Cristian Guerrero, el Certamen de Jóvenes Flamencos, en el Teatro Alameda, o Dolores Agujetas, Manuel Cuevas, Manuel Moneo, Perico El Pañero o Juan Requena, en San Luis de los Franceses, colgaron el deseado cartel que indica que el aforo está completo.

Además, otros muchos espectáculos, aunque lucieran el ansiado cartel de papel agotado en sus taquillas, no gozaron del plácet de tener su aforo completo por aquello de dejar ‘tiradas’ entradas de protocolo que ni siquiera fueron recogidas por la ‘puerta de artistas’, dejando más de una y mas de dos sillas vacías en espectáculos de artistas de primer nivel. Esta falta de interés, en muchos casos, fue suplida por parte de los organizadores invitando a quienes se habían interesado por las entradas en taquilla, y no las habían conseguido, a ocupar dichas localidades. Sólo había que esperar a que empezara el espectáculo, transcurrieran unos minutos de cortesía y se les daba acceso a esas localidades ‘vacías’. San Luis de los Franceses y su reducidísimo aforo pueden dar fe de ello.

Si además de todo lo anterior, le sumamos que, en cuestión de números y datos cuantitativos, la XIX Bienal de Flamenco de Sevilla arroja peores resultados que sus hermanas anteriores, como comprenderán el festival de otra cosa si pero de éxito no se puede calificar.

En esta vida, se pueden admitir errores humanos, nosotros los cometemos los primeros, pero lo que no se puede admitir es falsedad en la información de entes cuyos presupuestos dependen de los contribuyentes. Aun cuando la Bienal de Sevilla goza de patrocinios importantes, que ya lo quisieran para sí festivales de menor calado e igual o mayor importancia, la mayor dotación presupuestaria le llega a través de estamentos públicos y, por tanto, a través de los impuestos de los ciudadanos por lo que, al menos, antes de hacer valoraciones sobre lo divino y lo humano, y lo bien que se hace todo disparando con ‘pólvora del rey’, se debería esperar a tener datos contrastados, fiables y, sobre todo, transparentes.