IV Viernes Flamenco para enmarcar

Rafael de Utrera, María del Carmen Grilo, María José Franco y un espectacular José Quevedo 'Bolita' protagonizan el viernes flamenco mas completo.

Todo hacía presagiar que la noche no iba a ser de las más rompedoras "a priori". A escasos diez minutos de la hora prevista para el comienzo el Patio de San Fernando del Alcázar casi rozaba la media entrada. No sabía lo que se iba a perder quien decidió no ir a la cita que el flamenco convoca en la fortaleza musulmana.

A las diez en punto hora de Jerez, es decir, a las diez y cuarto pasadas, daba comienzo la penúltima de las citas que con los Viernes Flamencos tiene Jerez. Tras la presentación bilingüe de rigor, la encargada de abrir plaza era una cantaora de la tierra: María del Carmen Grilo.

Solo con pronunciar su apellido no hacen falta más explicaciones, la hermana del genial bailaor Joaquín Grilo era la encargada de empezar a calentar a un respetable que se hizo el remolón pero que acabó sobrepasando los tres cuartos de aforo del Patio de San Fernando del Alcázar jerezano.

Tientos tangos fue el cante elegido para ir afinando garganta y quejíos donde, magistralmente acompañada por José Quevedo "Bolita", nos llevaba a pasajes que interpreta en las representaciones en la compañía de su hermano. Llegó el tuno a la Solea, al seis y por medio, derrochó valentía en los tercios y se atrevió a finalizarla por bulerías, como si acompañando el baile estuviera, dándole un cierre original a cante. Cantiñas, alegrías y romeras precedieron a unos fandangos personales donde la cantaora, al centrarse en cantar por derecho, levantó la primera gran ovación de la noche. Para finalizar los más de tres cuartos de hora de actuación, se hizo presente la bulería donde tuvimos la grata sorpresa de ver salir del backstage del escenario a Joaquin Grilo y José de Lebrija para acompañar a los palmeros del plantel. Como no podía ser menos, al cante por bulerías de Jerez de su hermana, se arrancó Joaquín Grilo para darse sus "pataítas" en las que dejó constancia de por qué es uno de los referentes del baile a nivel mundial. Quien no fue se lo perdió.

Tras el primer pase de cante, le llegaba el turno al baile que, en esta noche, nos llegaba desde Cádiz. La bailaora María Jose Franco, acompañada por Luis Moneo y El Londro al cante, la percusión de Carlos Merino y el toque de Juan Manuel Moneo, comenzó una Bulería por Soleá en la que solo la voz de los cantaores y el compás de palmas fueron acompañando el movimiento de esta espigada gaditana. Tras el cambio de vestuario, llegó el turno a la Soleá en las que la bailaora dejó destellos de su procedencia de la Compañía de Antonio El Pipa sobre todo en la escobilla previa al cierre por bulerías y pasar al descanso de rigor.

Rafael de Utrera era el encargado de cerrar la noche como figura estelar de la cita. Reconociendo que cantar en Jerez es un compromiso muy grande para cualquier cantaor no nacido en esta tierra, comenzó entonándose por una Soleá Apolá en las que el eco brillante de su voz y el timbre de su garganta encontraron acople perfecto en la sonanta que dirigía Jose Quevedo "Bolita" como si de un piano se tratarse y que estuvo espectacular durante toda la noche. En el segundo cante, le llegó el turno a la malagueña. La de La Trini primero y abandolando la segunda acomodó el compas para entrar en el mundo de las siguiriyas. Valiente toda la noche volvió a los ritmos más acompasados, buscando los aires de Cádiz a través de las cantiñas en las que se colaba alguna romera y cerró su intervención con unas bulerías con reminiscencias camaroneras.