Fragua 3.0

Cuando se lleva en la sangre generaciones de antepasados de carbón, martillo y yunque, intrínsecamente el sonido metálico del cante en los descendientes del Tío Juane tienen un carácter común y diferenciador. Con Niño de la Fragua, además, hay que sumarle una sapiencia cantaora y unos registros de voz que le permiten moverse con facilidad no solo con los cantes de su familia, sino que se pasea por toda Andalucía con total soltura y conocimiento.

Acompañado por Pascual de Lorca a la guitarra, sobria y justa como es costumbre, el cantaor jerezano Pedro Garrido ‘Niño de la Fragua’ dio continuidad al ciclo que, durante el mes de noviembre, cada año realiza la Peña Flamenca ‘La Bulería’, ofreciendo un recital de cante donde dejó lo mejor de sí mismo “porque estoy cantando en mi casa, en mi barrio y eso es una mayor responsabilidad si cabe”.

Con el aval del reciente premio por alegrías con el que se alzó este pasado verano en Cádiz, en el concurso que realiza la Peña flamenca ‘Enrique El Mellizo’, el eslabón que da continuidad cantaora a una familia sin la que no entenderíamos parte de la historia del cante de Jerez, el ‘Niño de la Fragua’ ofreció un recital de cante donde la primera parte estuvo compuesta por una demostración amplia de cantes por tonás, que pueden ver en el video de esta noticia, malagueñas abandoladas y cerradas con jaberas, unos tangos donde el Piyayo, la Rempompa y Triana fueron protagonistas, con un soniquetazo por parte de José Rubichi y Manuel Salado enorme y unos fandangos que pusieron al público en pie. La segunda mitad, tras el correspondiente descanso, estuvo compuesta por unos campanilleros personales recordando a la fragua de su abuelo Tío Juane, alegrías donde demostró por qué es con todo merecimiento el ganador del concurso que ganó este verano, seguiriyas donde se acordó de la tierra que estaba pisando y el respectivo cierre obligado por bulerías, que para eso estamos en Jerez que es la cuna de este cante.

Quienes allí se dieron cita en esta segunda jornada del ciclo de otoño, disfrutamos de un cantaor mucho más sólido y conocedor de los terrenos por los que anda, que demuestra que el cante también tiene una parte importante de estudio y respeto por quienes te anteceden y que aunque ya la fragua se puso en venta hace algunos años, todavía hay una generación con ganas de seguir echándole carbón al rescoldo del cante más ortodoxo.