El cante bueno, gusta

24/08/22 Flamencomanía David Montes - Fotos: Susana Girón

Tudela, a 24 de agosto de 2022. El Festival Flamenco On Fire vuelve a levantar el telón en Tudela, para iniciar durante cinco días un nuevo viaje del flamenco hacia el norte. En esta ocasión, el Patio de los Fueros de la población navarra ha dejado sitio a la segunda planta de la casa consistorial, para arrancar un ciclo que ya es un clásico en este evento: Flamenco desde los balcones. El cantaor local Alberto Jiménez ‘Bayron’ junto con el jerezano José Montoya Carpio ‘El Berenjeno’ han sido los encargados de iniciar un evento que lleva casi una década creando afición a lo jondo con bastante acierto en esta zona del territorio nacional.

Este ciclo, tan denostado por muchos que no lo conocían en sus inicios, se está consolidando cada año que pasa en uno de los más queridos por el público y los artistas sabedores de ello muestran lo mejor de sus cartas credenciales. Es habitual que artistas locales encuentren sitio en estas programaciones y junto con otros consagrados o de incipiente trayectoria ofrezcan sesiones de cante y toque, del agrado tanto de los más como de los menos aficionados. Y tal ha sido el caso que nos ocupa.

Si bien es cierto que el cantaor local Alberto Jiménez ‘Bayron’ puso ganas y voluntad, todavía tiene recorrido y edad por delante para ir limando la afición que profesa y buscar el acople que todo conjunto de cante y toque necesita. Tras un inicio rememorando a Moraíto por parte de Bruno Jiménez al toque, por alegrías se presentó este joven valor navarro ante el numeroso público que empezaba a copar la plaza del Ayuntamiento al mediodía, por fandangos mostró su afición basándose en melismas camaroneros, farinistas y del Corruco, que engarzó por bulerías en las que volvía a mostrar su afición al centrarse en el Turronero y Juan Villar de forma particular y de Utrera en general. Por tangos, de la Marelu y centrados en las formas extremeñas, sí que consiguió sus mejores momentos y se mostró mucho más comodo junto al toque aseado que le ofrecía Bruno Jiménez y la percusión de Rico Muñoz.

Mucho más fraguado en las lides artísticas, José Montoya Carpio ‘El Berenjeno’ (Jerez, 1994) se vistió de Plazuela para su recital de cante. Acompañado por Manuel Heredia (Jerez, 1993) al toque, el artista jerezano tiró del cante de dinastía y abolengo para sacar adelante un recital en el que los cantes más dulces al oído fue el protagonista. Por tientos y tangos, la hemeroteca musical de su cante nos llevó a transitar por el decir ‘tortistas’ de las letras del Mellizo, mientras que en el cambio a tangos los versos jerezanos que hiciera el genio de la calle Acebuche, junto con otras más ‘paqueras’ tomaron el relevo.

Su paso por la Fundación Cristina Heeren quedó patente en las alegrías. El premio ‘Talento Flamenco’ del que se hizo merecedor en 2019 no cayó en saco roto. Ni mucho menos. Modulando, midiendo los tiempos de forma correcta y sacando la proyección de su voz cuando correspondía, el aroma a sal del cante del Berenjeno maridaba a la perfección con la sonanta ‘morada’ de Heredia.

Y tal cual por fandangos. De Chocolate, Caracol y Agujetas, la elección fue más que acertada, al igual que la bulería. De la más ‘plazuelera’ de las maneras se acordó de los suyos. Que no son cualquiera. Los Rubichi, los Moneo, los Berenjenos, Garbanzos y Mijitas. Casi nada. Hasta de Pansequito y su novia que se llama Andalucía. El carro del cante de Jerez lleva una infinidad de matices dentro. Tantos como que es capaz de arromanzarse y acordarse de Lebrija sin perder el aroma de ‘Campillo’ y ‘Hoyanca’. Y es que el cante bueno, gusta. Y si no que se lo digan a los turistas que pasaban de ruta y no fueron capaces de seguir adelante.

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