¡Viva la madre que te parió!

Ficha Técnica:
Espectáculo: Viva - Artista: Compañía de Manuel Liñán - Lugar: Auditorio Baluarte (Pamplona) - Ciclo: Festival Flamenco On Fire 2021 - Fecha: 28 de Agosto de 2021 - Aforo: Lleno
Baile: Manuel Liñán, Miguel Angel Heredia, Manuel Betanzos, Hugo López, Jonatan Miró, Victor Martín y Daniel Ramos - Cante: Antonio Campos y David Carpio - Toque: Francisco Vinuesa - Violín: Víctor Guadiana - Percusión: Kike Terrón

Pamplona, a 28 de agosto de 2021. ¡Viva la madre que te parió! Así. Sin más. Otra vez. ¡Viva la madre que te parió! Manuel Liñán (Granada, 1980) llegó al auditorio Baluarte de Pamplona como principal atractivo de la jornada del Festival Flamenco On Fire y puso boca abajo el espacio escénico con una propuesta que es un canto a la libertad en la que se explora lo femenino desde lo masculino y que, además, está llamada a trascender el paso del tiempo.

No es la primera vez que Manuel Liñán - Premio Nacional de Danza 2019- mira con otros ojos el mundo. Su trayectoria artística refleja fielmente la forma en las que es capaz de llegar a desnudarse quien actualmente está saboreando las mieles del éxito desde hace ya algún tiempo, pero que con este espectáculo ha demostrado que su nivel de compromiso y exigencia siempre le obliga a subir un escalón en cada estreno. Lejos queda ya el punto de inflexión que marcó en su trayectoria artística aquella mágica noche de febrero de 2014 en el Festival de Jerez, cuando nos sorprendió a todos tras la bata de cola en las alegrías con la que Belén Maya ponía el cierre a ‘Invitados’ en un paso a dos memorable y que ahora el devenir del tiempo le ha ido acercando más que alejando a un universo expresivo en el que se siente como pez en el agua.

Y este espectáculo es una prueba más de ello. Tras Reversible (2016) o Baile de Autor (2018), ahora Manuel Liñán en Viva es capaz en esta ocasión de subir ese escalón con un espectáculo que, desde su estreno en febrero de 2019 en el Teatro Canal de Madrid, trae consigo un maridaje cuyos orígenes tienen punto de partida en su infancia y que entrelaza el flamenco más clásico con la identidad ‘queer’. Desde la saeta de inicio, hasta las alegrías corales que sirven de despedida, no hay un momento para mirar a ningún lugar que no sea el escenario.

El baile con nombre de mujer centra todas las miradas constantemente, tanto en formato protagonista en propio Liñán o cualquiera de los otros seis bailaores que componen el elenco, como en formato coral cantando, tocando las palmas y, sobre todo, bailando. Siete artistas a quienes destacar alguno por encima de todos sería ser injustos con el resto, si bien el momento que protagoniza Manuel Liñán por tarantos y morentianos tangos de Granada es tocar el cielo con las manos.

Tanto el bailaor granaíno como el elenco que conforman Miguel Angel Heredia, Hugo López, Manuel Betanzos, Jonathan Miró, Victor Martín y Daniel Ramos, encarnan a la perfección ese mundo en el que se ve y se vive la realidad con unos ojos distintos, pero con la misma pasión y esperanza. Todos y cada uno de ellos llevaron a la perfección la ejecución teatralizada que daba contexto al conjunto. En ningún momento parecía que sobre el escenario no hubiera nada que no fuera femenino y, además, tratado con honestidad y respeto, dejando la farandulería siempre a un lado ya bien fuese con el poema Anda Jaleo que Lorca compusiera para la Argentinita, los tangos de Triana, la bulerías de Utrera, las verdiales y fandangos boleros o las alegrías de despedida, solo por citar algunos pasajes, además de los tarantos, tangos y alegrías de más arriba.

Y es que destacar alguna de las piezas que se realizaron por encima de las otras sería una absoluta injusticia, como lo sería no señalar que Antonio Campos y David Carpio dieron una auténtica lección de cante de acompañamiento, que deberían ponerse en bucle quienes quieran dedicarse a esto, junto a un Fran Vinuesa que estuvo enorme con su trabajo y con el que tuvo que afrontar esta vez como solista en la bajañí.

Nada sobraba y nada faltaba en ¡Viva!. La sensación de buenas vibras era constante sobre un patio de butacas donde disfrutamos, nos emocionamos, nos pusimos hasta sensibles empatizando con los pasajes donde la dureza de la realidad es capaz de superar cualquier ficción, porque sólo el que lo vive sale lo que se pasa hasta llegar a poder cruzar la línea que separa la libertad del que dirán. Bueno ahora que lo pienso. Si. Es verdad. Falta algo. Una cosa fundamental. Que no estemos en pandemia y el teatro tuviera todas sus butacas completas, sin cintas que nos separen entre ellas y que se pudiera escuchar aún más alto de lo que se escuchó anoche en el Baluarte el titular de esta noticia. ¡Viva la madre que te parió, Manuel! ¿Por lo demás? Nada.

Enhorabuena.