El
Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades y el Centro
Cultural Conde Duque, con la colaboración de más de treinta
instituciones que tienen su sede en la capital del reino, vuelven a
unirse un año más para mostrar el talento de las mujeres en una
nueva edición del festival Ellas Crean, en el que el flamenco volverá a estar muy presente.
Cine,
literatura, poesía, música, danza, teatro, exposiciones, museos,
debates... contarán con la presencia de artistas consolidadas y de
figuras emergentes, señas de identidad de este festival cultural,
pionero en reivindicar la presencia de las mujeres en el mundo de la
cultura.
Si
bien a primeros del mes de marzo tenía como protagonistas a Carmen
Linares y María Pagés, el próximo día 5 de abril el jerezano
Barrio de Santiago será el que enarbole a la mujer cantaora en las
figuras de Lela Soto 'Sordera' y María Fernández Benítez 'María
Terremoto', en el espacio escénico madrileño.
Desde
Jerez, tierra maestra de maestros como Antonio Chacón, Manuel Torre
o la Paquera, ciudad de vecinos ilustres como Chocolate, El Pipa o El
Torta, viajará hasta la capital el cante y la personalidad de dos
jóvenes cantaoras que están asaltando los cielos del género, ambas
con un pedigrí incontestable: María Terremoto y Lela Soto.
María
Terremoto, hija de Fernando Terremoto y nieta de Terremoto de Jerez,
estaba llamada a vivir en el cante. En este tiempo ha contado con el
respaldo de artistas de la talla de Diego Carrasco, David Peña
Dorantes
o, especialmente, Manuela Carrasco, a quien considera su “tercera
abuela”. Su quejío tiene algo, si no nuevo, muy distinto a todo.
Lela
Soto, por su parte, es la heredera más joven del legado de la
dinastía flamenca de los Sordera. Su padre, Vicente Soto “Sordera”,
y su madre, Luisa Heredia, bailaora, le han transmitido desde pequeña
la esencia y el amor por el flamenco. Su voz ha sido solicitada por
artistas como Diego El Morao o su padre, o figuras cómplices como
Alejandro Sanz o Niña Pastori.
Ambas
cantaoras llevan la tradición flamenca en la sangre, aportando al
género nuevas dimensiones artísticas, las que resultan de las
emociones de dos jóvenes artistazas.