La humildad de la maestría

Ficha Técnica:
Espectáculo: Gira de Despedida – Artista: Víctor Monge ‘Serranito’ – Ciclo: XXVI Festival de Jerez – Lugar: Bodega Los Apóstoles (Jerez) – Fecha: 19 de febrero de 2022 – Toque: Víctor Monge ‘Serranito’, Paco Vidal y Javier Conde – Palmas: Manuel Vinaza y Miguel Ángel Muñoz – Aforo: Un tercio

Jerez, a 20 de febrero de 2022. Según el diccionario de la RAE humilde significa ''que no hace ostentación de sus virtudes’’ y que la maestría es una ‘’gran habilidad y destreza para enseñar o realizar algo’’ (sic). Pues esas dos palabras definen a la perfección lo vivido hoy en la Bodega Los Apóstoles durante la escala que ha realizado en la ciudad Víctor Monge ‘Serranito’ (Madrid, 1942) en su gira de despedida en la tercera jornada del XXVI Festival de Jerez.

''Yo he visto a Serranito tocar en Jerez'' podrán decir los escasos espectadores que ocupaban incluso algo menos de un tercio de aforo. Hoy sólo verle subir los escalones hacia el escenario ya valía el dinero de la entrada. Esto es Jerez… y nunca va a cambiar. Esta ciudad sigue siendo más madrastra que madre, hasta con esos artistas que en su día – hace casi 50 años- fueron galardonados por la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces de la ciudad. Pero cualquier cosa que yo les cuente en este sentido, ya lo saben muchos de ustedes.

Con las manos frías debido a la humedad reinante en la ciudad estos días – y esperemos que sea sólo por ese motivo y no porque no tuviera sitio donde poder calentarlas- por tarantos comenzó el maestro ‘Serranito’ una hora de toque, que, aunque se colara el sonido que musitaba y tarareaba con su boca por el micro, personalmente los que allí nos dimos cita nos podemos llevar orgullosos para casa.

A muchos de los presentes nos daba igual que el sonido estuviera crudo, no tuviera un mínimo de rever o que las palmas sonaran duras. Lo importante era estar allí. Con el y junto a el. Disfrutar una vez más de una masterclass de maestría y de humildad que le llevó incluso hasta llegó a disculparse en directo por no poder terminar de meter en calor unas manos que están a punto de cumplir 80 años el próximo mes de abril, pero que aún siguen buscando sacar el máximo partido a uno de los estilos de toque más complejos de llevar a cabo de cuantos existen en la bajañí jonda.

Por soleá nos dejó la impronta de su rajeo y vislumbramos a ese artista que lo dejó todo por la guitarra de concierto; mostró que su toque no es para cualquieras por farruca; tuvo un bonito recuerdo por quien se fue pronto de esta tierra y consciente de que el terruño buleaero que pisaba requería que el compás de doce tiempos fuera también protagonista, antes de despedirnos con el tema ‘Agua, fuego, tierra y aire’ en el que a modo de rueda cada uno de los músicos tuvo oportunidad de mostrar sus cualidades.

Seis toques – seis- ha sido el tracklist que ha compuesto un concierto en los que cada uno de ellos parecía un toro de Miura. La plaza era compleja. Y es que Jerez aún infunde tanto respeto como desidia es capaz de regalar. Hoy era un día para que el calor del público le ayudara a calentarse las manos y se despidiera a un maestro de su calado como Dios manda, pero no ha sido así. Una vez mas no ha sido así. Menos mal que la Cátedra de Flamencología ha intentado poner las cosas en su sitio queriendo reconocer de nuevo en vida lo que ha sido, es y siempre será la figura de Víctor Monge ‘Serranito’: un maestro precursor de guitarra flamenca de concierto y artista que lo ha dado todo por lo que creía hasta alcanzar la gloria.

Víctor Monge ‘Serranito’ apostó fuerte por una forma de entender la guitarra flamenca, tiró la moneda al aire hace muchos lustros y, además, peleó para que le saliera cara. Y eso le ha llevado a ser el referente que hasta hoy en día ha querido venir a Jerez a despedirse como artista. Respetado por todos, no sólo por cuanto sabe y ha demostrado, sino también por cuanto enseñó y, además, a quienes enseñó, ya eso solamente merecía acercarse a la bodega para acompañarle. Además, si dos maestros como Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar sentían y manifestaban su admiración por el tocaor de la capital de reino y la complejidad de sus formas de entender la guitarra, es porque no ha sido, ni es, ni será nunca un cualquiera, sino todo un referente y un modelo a seguir. Y no les faltaba razón.

Yo estuve allí. Otros que pudieron hacerlo y no quisieron, jamás podrán decir lo mismo.