El 'verano flamenco de Jerez' le cuesta a la ciudad más de 130.000 euros

En la mañana de hoy se ha presentado el balance del conjunto de actividades que componen el verano musical y flamenco de Jerez y que, bajo un título de nombre impronuncibale e ininteligible que aquí nos negamos a nombrar, agrupa los espectáculos que tienen lugar en la ciudad durante los meses de julio y agosto y que se agrupan en los ciclos denominados como Noches de Bohemia, Viernes Flamencos, Festival de la Guitarra, MIMA y, por supuesto, la Fiesta del a Buleria.

El teniente de alcaldesa y delegado de cultura del Ayuntamiento de Jerez, Francisco Camas, únicamente acompañado en esta ocasión por Luis Pérez, jefe de la Unidad del Flamenco de dicha delegación, ha sido el encargado de presentar a los medios los datos que, a modo de balance, han sido valorados en su conjunto como de ''muy positivos'', si bien en términos cuantitativos presentan una desviación negativa - más gastos que ingresos- de 137.247,50 euros en el conjunto de actividades realizadas.

Calificado por el delegado de cultura el verano musical jerezano como ''un éxito, tanto por la calidad de los montajes realizados, como por la respuesta del publico'', lo cierto es que la edición de este año del conjunto de actividades programadas ha supuesto un montante total de gastos para los jerezanos de 339.449,22 euros, de los que sólamente han retornado a través de taquilla un importe de 202.191,82 euros, lo que da como resultado una recaudación media por espectador de 13,47 euros por espectáculo y un retorno negativo de la inversión realizada del 59,56%.

Sin entrar a desglosar pormenorizadamente cada ciclo, Francisco Camas indicó que el porcentaje de asistencia a la actividad estrella, la Fiesta de la Buleria, ha sido del 65% del aforo total disponble (2.250 localidades x 3 dias = 6.750 localidades), lo que quiere decir que, de media, han asistido 1.462 espectadores cada día al tercer festival flamenco más antiguo de España, si bien hay que tener en cuenta que los espectáculos protagonizados por María Terremoto y María del Mar Moreno gozaron de bastante más interés que el protagonizado por María Bermúdez, precisamente el espectáculo dedicado este año a una zona de más allá de nuestras fronteras, concretamente California.

No obstante, Francicos Camas a este respecto ha valorado ''positivamente la internacionalización del evento'' aunque, al igual que ocurriera el año pasado con Japón, una vez más vuelve a quedar patente que con estas dedicatorias se vuelve a hacer aguas y no estaría de mas que ello fuese objeto de una revisión o, como decimos por esta tierra, que a quien le corresponda le 'de una vueltecita' al asunto y busque opciones que sean de mayor agrado para el espectador.

Un ejemplo de ello es lo que, desde hace unos años, se viene haciendo con los Viernes Flamencos, evento que tras no gozar del interés de programadores privados que quisieran ponerse al frente de los mismos y dejaran desierta su licitación y concurso, ha encontrado un salvavidas en las peñas flamencas de la ciudad - y conciertos varios que lo complementan- si bien también este ciclo, en su formato tradicional, goza de mayor beneplácito del público en el mes de agosto que en el mes de julio.

Quizás, una opción interesante, sería que los conciertos que actualmente dan contenido de apertura y clausura a los Viernes Flamencos sean los que se oferten durante el mes de julio y que, de forma integral, también fuera en este mes donde se celebraran las Noches de Bohemia, cuya programación no es exclusivamente flamenca. El hecho de que tanto Felipa del Moreno como Tomasa Guerrero 'La Macanita', hayan sido capaces de colgar el cartel de 'no hay billetes', nos lleva a pensar que, a buen seguro, ambas artistas son, en gran parte, las responsables del aumento de espectadores en un 7% respecto al año pasado, junto con el Festival de la Guitarra que este año se ha realizado como un ciclo independiente en Los Claustros de Santo Domingo.

Sin embargo, el formato tradicional de los Viernes Flamencos que creara Manuel Morao hace ya más de medio siglo y que ahora organizan las peñas flamencas de la ciudad obtendría mejores resultados y mayor interés si volviera a ser fiel antesala de la Fiesta de la Buleria en el mes de agosto, mes en el que parece que la ciudad goza de un mayor número de visitantes interesados en estos formatos más tradicionales, como quedó demostrado en la jornada organizada por la Peña Flamenca 'Los Cernícalos', el día 5 de agosto, que obtuvo una entrada más que interesante respecto a las otras dos sesiones anteriores organizadas por la Peña Flamenca 'Buena Gente' y el Centro Cultural Flamenco 'Don Antonio Chacón', ambas dos llevadas a cabo en el mes de julio.

De todos modos, lo único cierto y fijo es que, en Jerez, haciendo bueno eso de que es una tierra más madrastra que madre con sus hijos, vuelve a quedar patente una vez más que, en términos flamencos, es una ciudad que no muestra el interés que sería deseable, ya bien sea por apatía, por considerar de escaso atractivo algunas de las programaciones realizadas, o bien por esa mala costumbre no dar valor a las cosas que nos hacen genuinos, mientras que, en otras poblaciones - y no hace falta irse hasta la otra punta de España-, se buscan formatos que incentivan la participación de forma directa o indirecta con el mundo de lo jondo, aquí nos empeñamos en tropezar una y otra vez con la misma piedra.

No estaría de más abrir el campo de actuación a formatos que no necesariamente requieran protagonistas que hagan que los mismos tengan coste cero para las arcas públicas, que sería lo deseable, sino que también sean capaces situar a la ciudad como un punto neurálgico donde aficionados, visitantes, habitantes y medios de comunicación especializados disfruten del arte de lo jondo, tanto en sus formas mas ortodoxas y, por que no, las más vanguardistas.

De momento, según el delegado de cultura, Francisco Camas, el verano flamenco de la ciudad ha costado ''un 14% menos que el año pasado'', esperemos que quien sea el responsable de tirar con 'pólvora del rey' sea consciente también de que ahora mismo la ciudad no está precisamente en situación de seguir gastando cartuchos de forma indiscriminada según sople el levante o el poniente.