David Lagos se sube al carro de la vanguardia con 'Hodierno'

No es la primera vez que escribo en estas páginas que el progreso hacia adelante, en esto del flamenco, debe partir desde una base sólida y consistente sobre la que sustentar unos principios jondos que son comunes a todos y que establecen de forma infranqueable el tuétano de lo que se hace, ya bien sea cante, toque o baile, en cualquiera de sus vertientes.

Y David Lagos, en la presentación del que será su nuevo trabajo discográfico, Hodierno, además de reunir de forma sobrada todas las condiciones anteriores, en un giro evolutivo en su forma de ver el flamenco, ha decidido subirse al carro de contemporaneidad o lo actual, arropándose en su nueva obra tanto de elementos tradicionales como actuales. No es un terreno desconocido para el cantaor jerezano. Ni mucho menos. Sabe navegar perfectamente en las aguas tanto de la tradición más ancestral del Garrido de Jerez, por ejemplo, como de la innovación bajo la que Israel Galván ve el mundo de lo jondo, sólo por citar dos de los muchos ejemplos que podríamos poner.

Además, tratar de descubrir ahora la categoría y dimensión tanto humana como cantaora de David Lagos como artista es un trabajo tan inútil como el que realiza quien pretende demostrar que se puede asar la manteca, al encontramos ante un artista de una dimensión flamenca actualmente a la que muy pocos se le pueden acercar, tanto por su trato al cante y a los cantes como por el carácter que es capaz de imprimirles en función del estadio en el que se encuentre o le sea solicitado.

En una constante ida y vuelta durante todo el espectáculo de atrás hacia adelante, y de delante hacia detrás, de lo viejo a lo nuevo o de lo nuevo a lo viejo, David Lagos nos transporta durante algo más de hora y cuarto a otros estados emocionales, llevando cada uno de los cantes a un lugar distinto al que tenemos interiorizado. Rematar el 'Romance de la Monja' con un micro de condensación y loops, sacar de su estructura auditiva habitual la caña y el polo, jugar con el saxo en los remates de las cantiñas, romeras y alegrías o impregnar de Macandé el pregón de miedo, pueden ser algunos ejemplos de como se nos ofrecía y casi deconstruia el flamenco. Al igual que en la incesante percutividad con la que estaba estructurada la liviana – o cante del desalivio- o las malagueñas de Chacón, que serán las que le den título a este trabajo, nos llevaban del oriente al occidente sensorial.

Su hermano Alfredo Lagos y Emilio Caracafé,  quienes con su toque sólido y ortodoxo fueron los encargados de poner contrapunto a Daniel Muñoz 'Artomático' y a de Juan Jiménez, música electrónica y saxos, respectivamente, quienes ejercían como responsables de ese movimiento más actual, contemporáneo o moderno, equilibrando así una balanza de la que David Lagos era el responsable de poner los contrapesos oportunos y cuyas aristas habrá que limar para su correcto encaje en lo que se lleve finalmente al trabajo discográfico, que seguramente, y casi con total probabilidad, diferirá en algo lo que ayer presenciamos y fuimos testigos en vivo y en directo.

David Lagos anoche no dejó indiferente a nadie que estuviera presente en el Café Alameda. Y esa es la mejor noticia. Además, es lo bonito que tiene este arte y todos en general, si bien, personalmente, en este caso en concreto y bajo dimensión de lo vivido, en muchos pasajes la música electrónica -sobre todo- no fue precisamente el mejor compañero de viaje que tuvo el cantaor jerezano. La monotonía de la misma no complementaba al resto de arreglos en muchas ocasiones y tener un sonido constante, casi sin variaciones, percutiendo el oído de principio a fin, te hace no poder prestar la atención necesaria a lo demás y no deja disfrutar en plenitud tanto del arco vocal del cantaor como del resto de los arreglos que lo acompañan.

No obstante, el estadio actual, el de hoy, el momento presente en el que se encuentra David Lagos ahora, le permite proponer cosas nuevas en su música, en su forma personal de ver el flamenco a día de hoy, donde todo es 2.0 - o 3.0 o 4.0 no se ya en que versión estamos- y está iniciando en solitario un camino que desde ayer tiene como objetivo una búsqueda de forma abierta de la evolución de si mismo en base a unas directrices y sonidos que, si bien no son ya una absoluta sorpresa para el espectador, sí que la utilización de los mismos es lo que tienen de interesante.

Ficha Técnica:
Espectáculo: Hodierno - Artista: David Lagos - Lugar: Café Alameda - Bienal de Flamenco de Sevilla - Fecha: 26 de septiembre de 2018 - Aforo: Tres cuartos - Cante: David Lagos - Guitarra: Alfredo Lagos - Saxo: Juan Jiménez - Música electrónica: Daniel Muñoz 'Artomático' - Colaboración especial: Emilio 'Caracafé'.