Decía Tío Manuel Soto 'Sordera' que
''cantar rápido lo hace cualquiera''. Y esa premisa fue la que
tomaron al pie de la letra tanto Luis Moneo como Antonio Reyes en la
noche de ayer en el Teatro Bernardette Lafont de Nîmes, en el
espectáculo que daba contenido artístico a la jornada con la que
empieza a vislumbrarse el final del festival de flamenco.
Acompañado el cantaor jerezano por su
hijo, Juan Manuel Moneo a la guitarra y las palmas su también hijo Manuel Moneo Carrasco y de Tate Núñez, el actual patriarca de
la casa Moneo sacó lo mejor de su voz para dejar claro los motivos
por los que Jerez es tan exigente cuando se pisa su terruño. Luis es
un cantaor largo y que conoce todos los territorios del mundo del cante
– y del toque- , y de un tiempo a esta parte es de esos artistas
que te dejan con el regusto de quererlo seguir escuchando.
Tanto a capela, sólo ante el peligro, en unas tonás
en las que tuvo especial sensibilidad en unas letras dedicadas a su hermano Manuel (q.e.p.d.) y que estuvieron dedicadas a Patrick Bellito, asesor artístico del festival y que se jubila el próximo mes de febrero, como con la escolta soniquetera a
su lado, en las alegrías y bulerías, Luis Moneo encontró en la
solemnidad de las malagueñas y las seguiriyas momentos para el
recogimiento, desplegando el esplendor de su sapiencia cantaora por soleá.
Por su parte, tras veinte minutos de
descanso, tomó el relevo Antonio Reyes escoltado por Diego Amaya a
la guitarra y los dos palmeros oficiales de la noche. Un recorrido
por distintas zambras caracoleras dejaron clara cual es la fuente de
la que bebe el cantaor chiclanero. Le gusta echar el cante para atrás
hasta el límite. Lo ha convertido en la marca de la casa. Así quedó
demostrado en unos extensos tientos y tangos, en los que dejó patente su estatus de
primer espada del escalafón del cante. Al igual que con unas impecables alegrías
y soleares a las que puso epílogo cantando por bulerías.
Con parte del público del patio de
butacas puesto en pié, no le quedó otra al elenco que realizar un
bis a golpe de fandangos y rematar la noche saludando 'desde el
tercio' con Luis Moneo.