Alquimia barroca y jonda

Patricia Guerrero y Fahmi Alqhai - Paraíso Perdido - Bienal de Flamenco de Sevilla 2020 - San Luis de los Franceses

Bienal de Flamenco de Sevilla, a 18 de septiembre de 2020. No hay mejor lugar en la capital de Andalucía para hablar del barroco que la Iglesia de San Luis de los Franceses. Quizás no sea el mejor lugar del mundo como espacio escénico, pero todo cuanto este antiguo templo jesuita contiene rezuma una época en la que Sevilla sufría la metamorfosis que generó la vida al otro lado del charco y ahí, precisamente ahí, es donde Patricia Guerrero y Fahmi Alqhai, esta Bienal de Flamenco, han estrenado un espectáculo en el que este antiguo noviciado se transformo en el lugar en el que lo proto se hizo presente y lo presente ya no quiere ser ni vintage ni antiguo, sino empezar a ver y mirar con otros ojos la realidad.

La propuesta parte de la base que ya pudieron leer en FLAMENCOMANIA estos días pasados. Una investigación creativa cuyo origen tiene punto de partida en ese (proto)flamenco que componen las chaconas, los pasacalles, las zarabandas y folías, para sumergir al respetable en un mundo en que por aquel entonces – siglos XVI y XVII- se estaba fraguando lo que hoy conocemos como flamenco y que, a pesar de muchos ultraortodoxos de lo jondo, sigue conservando hoy en día esa misma esencia por la que ellos suspiran ante un pasado que no siempre fue mejor y que ya nunca volverá. 

En 'Paraisos Perdidos' se estiliza el flamenco y se aflamenca el barroco. Es un espectáculo en el que Guerrero y Alqhai hacen mucho mas que sentarse a tocar o levantarse a bailar. Son capaces de resolver la difícil ecuación que se marca como punto de partida y tiene como complejidad maridar lo barroco, lo flamenco y lo jondo con el objetivo, por un lado, de sacar de la bailaora granaína su lado más catedralicio y distópico y, por el otro, tratar de acompasar el violagambista el sonido de su instrumento de cuerda frotada al movimiento que le ejercía de metrónomo de forma limpia y serena. 

No es fácil maridar pentagrama y danza flamenca y hacerlo con letras mayúsculas como ambos consiguiero. La música que nos une en ese abecedario que no entiende de letras o ese lenguaje que no entiende de sonidos entrelazan sus caminos esbozándose en tangos, bulerías, soleares, fandangos, peteneras, zarabandas y chaconas con una poliédrica bailaora es capaz de convertir los siete pecados capitales en siete placeres terrenales gracias a la suerte que hemos tenido ser contemporáneos a su espacio, tiempo y trayectoria y, además haberla podido ver, no en directo, pero si en streaming, mostrando sensualidad que no lujuría, impetud que no fogosidad, paciencia que no tranquilidad, serenidad que no pereza y, sobre todo, honestidad que no vanidad, tanto con ella misma como con el sendero que empezó a recorrer en su vida artística y que continua andando con paso firme y sin mirar ni hacia los lados pero si hacia detrás para no olvidar de donde parte.

No es la primera vez que Patricia Guerrero y Fahmi Alqhai están juntos en un escenario, pero si que es la primera vez que lo están en solitario y, a buen seguro, lo van a estar muchas veces más. Y también seguro que quizás sea la primera vez que mas en contra hayan tenido o vayan a tener a los elementos. San Luis de los Franceses es un lugar emblemático de la ciudad y uno de los lugares de visita obligada para sus visitantes, pero esconde la dificultad añadida de ser un lugar poco apto para las representaciones artísticas debido a las condiciones microclimáticas que es capaz de generar tanto de temperatura como de humedad durante el mes de septiembre y que ya hace dos años provocó que en más de una ocasión los artistas tuvieran serios problemas para poder llevar adelante sus propuestas. 

Enhorabuena.