Uno, que es un juntaletras y que, ocasionalmente, escribe alguna cosilla de flamenco, si alguna vez lee algo de alguien que sabe escribir de verdad corre a esconder la pluma o el teclado por vergüenza. Y después de ver el pasado jueves a Antonio Molina 'El Choro' bailar como muy poca gente puede y sabe hacerlo en el Teatro CajaSol, tengan ustedes por seguro que no pienso arrancarme ni con una humilde sevillana en el Real este año.
No vamos a descubrir a estas alturas al bailaor onubense, que es uno de los punteros que hay en la actualidad y que en esta ocasión traía un espectáculo que era una ligazón de sus dos últimos trabajos - Aviso: Bayles de Jitanos y Gelem- con alguna modificación y/o añadido.
Desde el principio de la noche, se pudo sentir el baile de raza, pleno de elegancia del protagonista, que comenzó por el palo de su tierra: Fandangos de Huelva. Escenificados con una fuerza y compás al alcance de pocos, continuó con unas cantiñas y unas tonás que evidenciaron una de las cosas más importantes que debe tener un intérprete para aumentar exponencialmente su arte: Diálogo con otros. En las primeras con las voz de Jesús Corbacho y después con Pepe de Pura marcaron un nivel altísimo. Nivel que rompió otra vez al entrar Gema Moneo y marcar junto al Choro un paso a dos por seguirillas de sincronización y jondura brutales.
Para terminar la noche, una soleá que dejó un silencio sobre la sala que parecía Semana Santa no había acabado y, por la Plaza de San Francisco, todavía estaba pasando el Calvario o el Gran Poder, sólo roto por el metrónomo de los pies del bailaor que nos iban clavando punzadas de arte y emoción a todos los que estábamos admirando su interpretación.
En estos tiempos, donde hace falta la excusa de leitmotiv para cualquier expresión artística flamenca sobre unas tablas, Antonio Molina 'El Choro' y sus compañeros nos muestran que, un cuadro de artistas, todos soberbios, que tienen talento y que trabajan sobre una propuesta de 'sólo' flamenco, no necesita alaracas para emocionar y para que todos, absolutamente todos, saliéramos encantandos y con la única pega a la noche de que nos había sabido a poco porque, de lo bueno, de lo muy bueno, uno no se cansa nunca.
NOTA: Para ver la fotogalería del espectáculo realizada por Remedios Málvarez, pincha aquí:
Antonio Molina 'El Choro' - Mi Baile - Jueves Flamencos CajaSol 2018