Antología (live) de Paco de Lucía

Después de mil y una historias con la organización, y con casi media hora de retraso, ‘el tiburón de Algeciras’ hizo su aparición en escena y todos los problemas quedaron en un segundo plano. Estar presente en una de las pocas oportunidades que ofrece Paco de Lucía para poder presenciar su magisterio tocaor es todo un lujo. Y si no que se lo digan a Sara Baras que estaba en la primera fila, ocupando las localidades destinadas al Ayuntamiento o a Protocolo, y que generaron cierta controversia con alguno que otro que sí que pagó su entrada, creyendo que iba a estar en fila uno y asiento uno y no seis metros desplazado a la izquierda del escenario, pero conste que la bailaora no tiene culpa de nada por supuesto.

Como podrán observar en YouTube, porque a nosotros solo nos dejaban o hacer fotos o hacer video en los cinco primeros minutos de actuación, el maestro de Algeciras llegó de su paso por Marbella y Granada a ofrecer una clase magistral de toque y compás. No entró en el mundo jazzístico, se limitó solo al flamenco, acompañado por una escolta de primerísima división donde cante, teclado, bajo, percusión y baile, durante casi dos horas nos hicieron tocar el cielo con las manos.

De este modo, en solitario, la rondeña ‘Mi niño Curro’ fue la encargada de abrir plaza. La soleá por bulerías ‘Mi Antonia’ y las bulerías ‘Soniquete’, ya con la escolta musical sobre el escenario, fueron el acto previo a la primera de las apariciones del Farru, que estuvo enorme. La sangre ‘farruca’ tiene algo especial para el baile, que los hace distintos al resto de los mortales. Con tangos de ‘Cositas Buenas’ volvió el sonido protagonista de la guitarra del maestro de Algeciras, ante un ambiente con aromas extasiantes. Por siguiriyas, las de ‘Lagartijo’, a un ritmo endiablado volvió a escena el Farru dando otro recital de baile, para el que se acompañó en el cierre por bulerías de su hermano ‘Carpeta’, que sincronizaba a la perfección movimientos con su hermano, metiendo pies y ofreciendo un sonido limpísimo.

El colofón a la parte oficial del concierto, lo pusieron los sonido árabes de un Zyryab que no fue punto y final sino punto y seguido ya que, tras una ovación eterna del respetable, Paco ofreció un bis donde cada miembro del grupo fue dejando sus destellos personales y los sones de Entre dos Aguas y Buana Buana King Kong fueron enlazados, como agradecimiento al público asistente ante el cariño mostrado.

No fue un concierto extenso, no en cuanto a duración sino en cuanto a interpretaciones, en las que las piezas más destacadas de su discografía, se recogían a modo de ‘antología in live’ de una vida y obra de, si no el mejor, si uno de los mejores tocaores de la historia del flamenco. Capaz de evolucionar la guitarra a cotas inimaginables no hace un año ni dos, sino décadas, deja ya un legado que la historia de la música debe guardar en sus mejores aposentos.

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