Ana Morales propone en ‘Lo Indefinido’ un mundo lleno de emociones

Ana Morales protagonizó en la noche de ayer la segunda de las citas de los Jueves Flamencos de Otoño de la Fundación CajaSol en Sevilla, con un estreno que, bajo el nombre de ‘Lo Indefinido’, mostró la valentía y el riesgo que es capaz de asumir un artista con tal de expresar el universo de emociones que recoge en su interior.

En un viaje de ida y vuelta al punto de inicio, en ‘Lo Indefinido’ se nos presenta una bailaora capaz de ir asumiendo diversos roles en los que el carácter, el eclepticismo, el genio, la sensualidad o el arropo van expresando distintos estadios emocionales, siempre de la mano del cante, el toque o la percusión.

Con una Sandra Carrasco y un Juan José Amador excelentes, además de un Daniel Suárez magnífico y un Juan Antonio Suárez ‘Canito’ en estado de gracia, durante el poco más de una hora de desarrollo de este espectáculo, el ambiente cálido en el que recoge en todo momento Ana Morales la escenografía de ‘Lo Indefinido’ sumerge al espectador en un cabaret, donde el conjunto suma mucha mucho más que las partes por separado.

Todos tienen espacio para sobresalir de forma independiente. Todos tienen un momento en el que el escenario es suyo y solo suyo, pero la conexión que entre todos va realizando Ana Morales con su baile provoca que se vivan momentos especialmente intensos desde el inicio, donde junto a Sandra Carrasco busca paz y sosiego en una Nana de Alejandría busca a ser romance lebrijano hasta que la petenera se cuela ‘sin permiso’ bajo las primas y los bordones de ‘Canito’.

Al igual que el sol sale por el oriente, por el levante llega en ‘Lo indefinido’ el baile más ecléptico. Ese baile que se postula entre doctrinas y que es capaz de transformar la bata de cola en mantón o caminar de la granaína al fandango morentiano previo paso por el taranto. Un baile que eclosiona su caracter por el flamenco más lacerante al compás endiablado de cinco por ocho en la seguiriya, y que al mismo tiempo busca sensualidad en la vidalita para enmarcar de Juan José Amador junto a Ana Morales que recoge el acto.

Mención aparte en ‘Lo Indefinido’ debe tener Juan José Suárez ‘Canito’. Si. Actualmente, el tocaor se encuentra en un estado de gracia de esos de los que todo lo que toca lo coloca en un pedestal y, si ya en la petenera no sólo forma parte de la orquesta sino también de la escenografía, de pie y sólo ante el peligro ofreció una visión personal de ‘Los Cuatro Muleros’ que bien se hubiera merecido un bis.

Por otra parte, no podemos tampoco dejar pasar por alto el hecho de que en Sandra Carrasco se nos descubre una voz que va a ser de las que se tengan en cuenta de aquí a poco tiempo por su versatilidad y por la capacidad de adaptación al entorno en el que se encuentra. Y prueba de ello fue la forma y manera en la que se llevó junto a Canito la versión marchenera del poema de Federico para engarzar la soleá apolá sin perder la esencia ‘josetejadiana’.

Ana Morales en ‘Lo Indefinido’ consigue resumir en poco más de una hora todo un hervidero de emociones, que consigue encontrar en el público ese punto que activa el botón de la transmisión que todo espectáculo necesita para obtener su objetivo final: el éxito. En ‘Lo Indefinido’ encontramos a la Ana Morales de antes y a la de ahora, a la de ‘Los Pasos Perdidos’ y ‘Sin Permiso’ y a la que siempre es fiel al concepto evolutivo de que para vivir hay que seguir caminando bajo unos principios y unas formas que hacen que su baile sea ya reconocible y tenga lo más importante que un artista pueda dejar como legado al mundo de las artes escénicas: un sello propio. En este caso, el sello Ana Morales. Un sello que arriesga, es valiente y nunca defrauda.

Enhorabuena.

 

Ficha Técnica:
Espectáculo: Lo Indefinido – Artista: Ana Morales – Lugar: Teatro CajaSol – Jueves Flamencos de Otoño – Fecha: 19 de Septiembre de 2019 – Aforo: No hay billetes – Baile: Ana Morales – Cante: Juan José Amador y Sandra Carrasco – Toque: Juan Antonio Suárez ‘Canito’ – Percusión: Daniel Suárez