A la segunda va la vencida: Cristóbal Ortega, nuevo director del Instituto Andaluz de Flamenco

Sevilla, a 2 de septiembre de 2021. A la segunda va la vencida y si no que se lo digan a Cristóbal Ortega, que ha sido designado como nuevo director del Instituto Andaluz de Flamenco. Tal y como estaba escrito en el traje a medida a modo de concurso que le habían confeccionado desde la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales – y nosotros le hemos contado- quien fuera director de la Bienal de Flamenco de Sevilla en 2014 y 2016 y posteriormente cesado de la misma por falta de transparencia en las cuentas del festival flamenco más grande del mundo, será quien se ponga al frente, al segundo intento, del máximo órgano jondo andaluz.

Se llega, por tanto, al final de un más que polémico concurso que no ha hecho más que salpicar a quienes han intentado dar transparencia a un proceso en el que algunos de los candidatos llegaron a presentar alegaciones, por considerar que se estaban obviando capacitaciones que les restaban puntos, pero que al ver como estaba confeccionado el pliego de condiciones y darse cuenta que la plaza 'estaba dada' – tal y como han manifestado a este medio- decidieron rehusar y dejar como único candidato a quien finalmente ha resultado electo como máximo dirigente de los destinos jondos andaluces con fondos públicos.

Algo menos dos años tiene por delante, o algo mas si no hay cambio de gobierno, para demostrar su capacitación para el cargo quien en el primitivo proceso de selección fuera apadrinado por María del Sánchez Estrella – actual secretaria general de Innovación Cultural y Museos de la Junta de Andalucía y quien le designó como director de la Bienal de Sevilla-, pero que tras rehusar al mismo dieran como resultado la elección de Ricardo Pachón como director y cuyo futuro ya han conocido sobradamente todos ustedes en estas páginas.

Durante los más de 40 años de historia de la comunidad autónoma de Andalucía, es la primera (segunda) vez que la elección del máximo dirigente de este ente ser realiza por la vía de concurso público, si bien no es menos cierto que es un asunto que lleva levantado una gran polvareda desde el año 2019, cuando se ofertó en el BOJA por primera vez – durante los días de Semana Santa- una plaza que es de libre designación por parte de los máximos estamentos políticos en materia de cultura de Andalucía y forma parte de lo que se conoce en el ‘argot’ como de cargos de confianza.

Según ha informado la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales en una nota de prensa, dentro de los objetivos fijados para desempeñar este cargo se encuentran los de promover nuevas vías de colaboración a los festivales y eventos flamencos de Andalucía, así como reforzar las funciones del Ballet Flamenco de Andalucía (BFA). También fija, como propuestas inmediatas, la conmemoración de los centenarios de Antonio el Bailarín (que ya está a punto de finalizar) y del Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922, entre otras apuestas.

Lo único cierto de todo este asunto, vistos todos los acontecimientos, es que desde la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía podrían haber ahorrado todas las enegrías gastadas por el camino durante dos años y, si esa era su voluntad desde el inicio, no hacer ningún paripé y haberle designado de forma directa. Al menos, no habríamos tenido descabezado un barco del que dependen el tejido productivo y asociativo del mayor embajador musical de España en el mundo como es el flamenco, además de tener cubierta una vacante en la que recaerá gran parte de la responsabilidad de poner en marcha y limar asperezas de lo que se pretende que sea la Ley del Flamenco de Andalucía, si es que llega a aprobarse en este mandato.